(Segunda entrega de la detallada crónica de nuestro enviado especial a la conferencia poscrecentista que tuvo lugar en Madrid el pasado viernes 26 de septiembre. Consúltese la parte I en este mismo web.)
Uno de los actos centrales de la Conferencia Beyond Growth en Madrid fue la presentación de una declaración bajo el título Decrecimiento para el bienestar: la urgencia de un nuevo modelo ecosocial. El documento fue presentado por Nerea Ramírez y Hugo Abad, los presentadores del acto, que valoraron el trabajo ingente de preparación y los consensos a los que hubo que llegar para que el evento fuese posible. Una de las comisiones responsables de la organización fue la que se encargó, precisamente, de redactar esta declaración “fruto de un proceso de trabajo colectivo durante varios meses”, explicó Abad, “y cuyo objetivo fue esbozar una serie de elementos comunes sobre los cuales ir construyendo”.

Quizás la intención más ambiciosa de esta declaración sea iniciar una agenda que se fragüe en un pacto poscrecimiento que se concretaría de momento en una serie de 39 medidas iniciales que ocupan el grueso del documento y se estructuran en doce áreas: servicios básicos universales con perspectiva público-comunitaria, renta básica universal e incondicional como derecho de garantía de ingresos, fin de subvenciones a actividades destructivas y finanzas ecosociales, decrecimiento del sector turístico, transición agroecológica, impulso a de la economía social y solidaria, reforma fiscal justa y verde, democracia deliberativa permanente y vinculante, protección de los derechos de las generaciones futuras y de la naturaleza, cancelación de los tratados de comercio e inversión, cancelación de la deuda y reparación histórica, y decrecimiento digital.
En cuanto a la agenda para avanzar en la difusión y construcción de alianzas en torno a este documento, tanto la declaración como los organizadores señalaron como primera cita un foro social que se celebrará en Madrid y que inicialmente estaba previsto al día siguiente del evento en el Congreso, pero que finalmente fue aplazado a comienzos de 2026.
Las alianzas poscrecentistas y los partidos políticos frente a la declaración Decrecimiento para el bienestar

Javier Andaluz (Alianza por el Clima)
Es indispensable poner fin a los combustibles fósiles, que en nuestro país deberían desaparecer antes de 2040.
El encargado de hablar en nombre de Alianza por el Clima[2], Javier Andaluz, criticó el hecho de que se lleven décadas alertando de las amenazas del cambio climático sin que la comunidad internacional haga nada destacable por enfrentarse a este desafío. Aludiendo a las advertencias del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), recordó que “cualquier horizonte compatible con reducir la temperatura global entre 1,5 y 2 ºC pasa por una necesaria reducción de un tercio de la energía que se consumiría para el año 2040-2050”.
Esta responsabilidad a la hora de emprender acciones para frenar el calentamiento global debería ser mayor en los países del Norte con reducciones mayores, sin olvidar que enfrentarse al caos climático “no es solamente abordar una lucha por el planeta; es, sobre todo, luchar por los derechos, por una vida que sea digna, contra la pobreza y la desigualdad, contra el racismo y el colonialismo, por la vivienda y por la dignidad”.
Andaluz mostró su convencimiento de que “un mundo más allá del crecimiento es posible” pero, para lograrlo, no podemos buscar una sola respuesta, sino “un mosaico de soluciones unidas por ejes de solidaridad entre territorios, entre países y a nivel mundial”. Algunas medidas concretas de Alianza por el Clima para decrecer, muy centradas en frenar el calentamiento global, serían implementar el principio de quien contamina paga aplicando impuestos a la riqueza y sobre las actividades generadoras de gases de efecto invernadero; o reduciendo las exenciones fiscales y ayudas que en estos momentos reciben —según él— no solamente las energías fósiles, sino aquellos que son “responsables de las crisis (sic) climáticas”. Esto sería indispensable para “poner fin de una forma rápida a los combustibles fósiles, que en nuestro país deberían desaparecer antes del año 2040”, aunque no abordó en su intervención las consecuencias que esto tendría para una civilización industrial construida a medida de —y gracias a— dichos combustibles.

Andaluz finalizó su alocución animando a los y las asistentes a salir a las calles el 15 de noviembre para apoyar las movilizaciones globales reivindicando una Transición Ecológica coincidiendo con la Cumbre del Clima de la ONU (COP30) en Belem.
Valeria Méndez de Vigo (Futuro en Común)
No basta con aprobar medidas ambiciosas si al mismo tiempo hay políticas que empujan en dirección contraria.

La representante de Futuro en Común subrayó tres estrategias para hacer posible este cambio:
- La primera sería la coherencia de las políticas para el desarrollo sostenible —objetivo que aún defiende como posible, contra la opinión de buena parte del movimiento decrecentista y no pocos científicos— pues “no basta con aprobar medidas ambiciosas si al mismo tiempo hay otras políticas que empujan en la dirección contraria”. Y, para conseguirlo, propone el Sistema de Coherencia de Políticas para el Desarrollo Sostenible, una herramienta que aguarda se concrete en su totalidad en esta legislatura. La pretensión de esta medida sería que todas las áreas de gobierno, ya sea fiscalidad, energía, vivienda, alimentación, política exterior, industria, etcétera, se alineen con el objetivo de garantizar derechos y de respetar los límites de planeta.
- La segunda estrategia consistiría en el cambio cultural, un área que otros ponentes destacaron también destacaron a lo largo de la jornada como imprescindible y que, sin embargo, no mereció un espacio propio en la conferencia. “No basta con transformar leyes y políticas”, sostuvo de Vigo, “sino cambiamos también los valores que las sustentan”.
- Y, finalmente, en tercer lugar, “tejer alianzas amplias, consensos que involucren a instituciones, sociedad civil, academia, empresas responsables y ciudadanía para hacer posible esta transformación profunda y comprometida”.
Alberto Fraguas (Alianza Más Allá del Crecimiento)
“Después de todas las políticas de sostenibilidad y de crecimiento verde, estamos peor que nunca.”
El biólogo Alberto Fraguas habló en nombre de Alianza Más Allá del Crecimiento, think tank que apenas lleva un año de andadura donde confluyen una treintena de organizaciones pertenecientes a diversos ámbitos[4]. Fraguas focalizó la primera parte de su intervención en criticar la incapacidad institucional, tanto de los sectores públicos como de los privados, para afrontar las crisis generadas por un modelo que ni protege al planeta ni protege a la gente. Se trata de un modelo sostenido por mitos como el de la producción y el crecimiento que consideran que lo civilizado está más allá de la naturaleza, “lo cual es una patente de corso para poder utilizar de cualquier forma esa naturaleza y, por tanto, para dar pie a extractivismos y colonialismos que, casualmente, son los elementos centrales del capitalismo”. Y todo esto choca frontalmente con una realidad: el carácter finito de los recursos.
En este sentido, Fraguas denunció que llevamos cincuenta años «sosteniendo» un sistema con la sostenibilidad como subterfugio y traducida en conceptos como el desarrollo sostenible, el crecimiento verde o la transición ecológica, que no dejan de estar basados en medidas insuficientes que no transformaron la realidad social y nos han llevado a un presente en el que tenemos los peores indicadores ecosociales de la historia de la civilización. Es decir, después de todas estas políticas de sostenibilidad y después de todas estas políticas de crecimiento verde y después de todos estos intentos, estamos peor que nunca”.

Desde Alianza Más Allá del Crecimiento sostienen que para realizar un cambio de modelo tan profundo no puede haber solamente una hoja de ruta, por lo que se hace necesario crear elementos de confluencia entre distintos agentes sociales, generalizar el debate y llevarlo a donde no esté para salir de ciertas endogamias académicas o activistas que dificultan esta generalización. Y, para lograr este fin, Fraguas consideró de gran importancia la declaración Decrecimiento para el bienestar —de la cual fue uno de sus principales impulsores dentro de la organización de la conferencia— ya que “abre un proceso y es una herramienta de convergencia” cuyo objetivo final “es ir urdiendo de manera común, y con un control democrático, un cambio de modelo”. La declaración debería ser “una herramienta viva que vaya fluyendo como instrumento de debate en su proceso de integración permanente de perspectivas, es decir, un proceso que tienda a la unidad desde la diversidad para crear hegemonías buscando esos denominadores comunes que nos unen”. Fraguas remarcó esto último, lo fundamental que es en todo este proceso “priorizar lo que nos une y no los detalles que nos puedan separar”. Sin embargo, no todas las entidades co-organizadoras de la conferencia la han firmado, lo cual apunta a que esos «denominadores comunes» no están tan claros.
Marc Pons, secretario ejecutivo federal de Transición Justa del PSOE
El estado de bienestar vinculado a este sistema capitalista nos ha aportado grandes beneficios, pero también nos puede llevar al colapso.

En respuesta a la radicalidad de su diagnóstico propuso soluciones no menos radicales, aunque genéricas, como “la importancia de entender los tiempos de recuperación de la naturaleza con el objetivo de no superar el punto de rotura de cualquier equilibrio natural” o “la importancia de optimizar al máximo los recursos naturales existentes y disponibles con inteligencia y entendiendo siempre que son finitos”. Además, el político menorquín también defendió “la necesidad de establecer mecanismos económicos que garanticen una verdadera redistribución de la riqueza generada” o el multilateralismo de cara a “resolver los problemas de manera pactada y acordada entre todos”.
Sin embargo, cuando mencionó la palabra “decrecentismo” lo hizo desde la duda, prefiriendo otras opciones como admitir que el PIB no puede ser el único indicador sobre el que se basen las decisiones políticas, algo que no deja de sorprender en el representante de un partido político cuyo principal argumento a la hora de defender la gestión del Gobierno de España es, precisamente, el índice de crecimiento. Jugando con el verbo crecer, Pons defendió la necesidad de hacerlo en biodiversidad, servicios sociales, redistribución o igualdad; pero advirtió que “generar riqueza es importante”.
Como ejemplos de buenas prácticas políticas puso la Ley de Cambio Climático que “puede hacer posible en 2040 una transición energética factible”, los planes hidrológicos o las actuaciones en ecosistemas degradados como el Mar Menor, Doñana o Las Tablas de Daimiel. Más allá de estos casos, apostó por un pacto de Estado que aborde un nuevo modelo en la gestión forestal, el fortalecimiento de la resiliencia hídrica, mayor protección de la ciudadanía frente al calor o fijar mejores mecanismos de actuación en caso de emergencias. En el caso opuesto, citó la situación de su comunidad, las Baleares, claro ejemplo de crecimiento económico y riqueza gracias al turismo pero con efectos indeseables como precios de vivienda inaccesibles, desigualdades sociales cada vez mayores, saturación en las carreteras, deterioro en la calidad de los servicios públicos o degradación del territorio.
Mar González, diputada en el grupo parlamentario de Sumar por Verdes-Equo
Necesitamos un gran pacto ecosocial que reduzca lo que nos destruye, fortalezca lo que nos cuida y democratice la economía.

La diputada de Los Verdes calificó de “oportunidad histórica” la declaración Decrecimiento para el bienestar. “Durante demasiado tiempo la política ha estado arrodillada ante el mito del crecimiento infinito”, se quejó, señalando la fe en el PIB como una falacia, ya que cuando este índice crece “hay otras cosas que decrecen a la fuerza que son nuestros recursos, nuestra calidad de vida y nuestras posibilidades futuras […] No se trata de salvar el PIB. Estamos intentando salvar la Vida. Y para eso es necesario un gran pacto ecosocial, que reduzca lo que nos destruye, fortalezca lo que nos cuida y democratice la economía.”
Tirando del saber popular, González chanceó con que no se puede sorber y soplar al mismo tiempo, pues “si vamos a actuar contra la crisis (sic) climática no podemos seguir pensando en ampliar infraestructuras contaminantes como puertos y aeropuertos. Podemos insistir en los mismos errores y acelerar el fin de la sostenibilidad de la vida humana en el planeta o podemos construir una supervivencia civilizada, justa y dentro de los límites ecológicos”.
En cuanto a medidas concretas que impulsar desde el ámbito político, Mar González citó un decálogo de Los Verdes Equo del que destacó cinco puntos:
- En primer lugar, reducir la jornada laboral para poder repartir el trabajo “porque cuidar, descansar y vivir ahorra recursos y energía”.
- Segundo, redistribuir la riqueza y, para hacerlo, abrir el debate sobre rentas básicas y rentas máximas.
- Tercero, apostar por una fiscalidad verde.
- Como cuarto punto, la necesidad de reestructurar ciudades y territorios desarrollando campos como la movilidad sostenible, la autosuficiencia energética o la soberanía alimentaria.
- Y, en quinto lugar, pidió ahondar en la democratización del sistema a través de acciones como la asamblea cívica por el clima o una mayor democracia participativa.
Para la diputada verde, solamente hay dos opciones: colapso (nuevamente tuvo que ser una política la que mencionase el temido concepto) o supervivencia civilizada ante “el mayor reto que ha enfrentado jamás la humanidad”. Finalmente, se despidió emplazando también al público asistente a participar en las movilizaciones de noviembre por el clima o en el foro social que tendrá lugar en febrero como continuación de esta conferencia.
Mikel Otero, diputado de EH Bildu
La correlación de fuerzas actual es la que es […] Nos toca, una vez más, movernos en el barro y en soluciones imperfectas.

Otero habló de la necesidad de una transformación profunda del modelo energético, del alimentario, de movilidad, gestión forestal o de gestión del agua, así como una reconfiguración industrial y de la vivienda o un acotamiento del turismo. Todo esto en el marco de una fuerte lucha redistributiva. Respecto a estas políticas transformadoras, el diputado de EH Bildu puso el foco en tres cuestiones: el tiempo, la escala y las mayorías.
- Aunque un amplio espectro político y social pueda estar de acuerdo con el diagnóstico de la crisis, “tenemos un problema con el tiempo, con la premura, porque la transformación no puede esperar, tiene que ser inmediata porque ya estamos sufriendo las consecuencias del sobrepasamiento ecológico. Así que, aunque se proponga un horizonte poscrescentista y poscapitalista, que por supuesto compartimos, al menos los primeros movimientos de esta transformación los tenemos que hacer con el sistema actual en vigor”. Esta premisa haría necesario, según Otero, secuenciar y jerarquizar las medidas “para que sean asumibles por una mayoría social y política”.
- Otro problema para el diputado abertzale es el abismo entre lo que es ecológicamente necesario y lo social y políticamente «posible» en la actualidad, tal como él lo valora. Así, confrontando la declaración Decrecimiento para el bienestar con la realidad política española, dijo que en el documento “se plantean multitud de medidas que precisan de acción gubernativa y legislativa, pero la correlación de fuerzas actual es la que es”. Como ejemplo de esta precariedad para asumir políticas decrecentistas dentro de este panorama político citó la Ley de Movilidad Sostenible, que se votará en octubre y que “no es ni de lejos lo que ecológicamente se precisa. Pero en cuanto hemos intentado meter un poco de ambición desde los grupos de la izquierda transformadora, la mayoría que podía aprobar esa ley se quebró. Con lo cual, tenemos un problema serio de correlación de fuerzas”. Para él, tocan avances irregulares, insuficientes e imperfectos. Y, sobre todo, “toca trabajar mucho si queremos conseguir mayorías sociales y políticas para poder regular en sentido transformador”.
- En cuanto a la cuestión de la escala, Otero dijo que EH Bildu apuesta también por una construcción publico-comunitaria de un sistema energético 100% renovable, pero recordó que eso implica dotar de energía a millones de personas, a la industria, la movilidad, etcétera. En ese sentido, está bien el fomento de comunidades energéticas o las experiencias municipalistas transformadoras, “pero no nos olvidemos de que aún seguimos hablando de soluciones en megavatios-hora, cuando nuestra realidad no es ni siquiera de gigavatios, sino de teravatios-hora. Nos toca, una vez más, movernos en el barro y en soluciones imperfectas”.
En conclusión, para el diputado vasco son fundamentales factores como el tiempo, la premura, la escala y las mayorías sociales y políticas a la hora de avanzar en las propuestas poscrecientistas y, por lo tanto, se hace necesario “combinar las aspiraciones y el programa profundamente transformador con la capacidad de promover movimientos realizables y deseables, aunque insuficientes en la situación actual”.
Héctor Escudero, responsable de Ecosocialismo en Izquierda Unida
El término decrecimiento no es nada sexy a nivel comunicativo.

Héctor Escudero centró su intervención en hablar de política y poder. “¿Qué hacemos con el poder? ¿Para qué queremos el poder?”, se preguntó. “Para controlar el Estado”, adelantó, “porque es condición de posibilidad para la transición ecosocial que queremos. Y, por extensión, para controlar los medios de producción y, lo más importante, para controlar nuestras vidas […] Hablar de poder es hablar de ir a la raíz del problema, que es lo que nos pedía [en el panel inaugural de la conferencia] Margarita Mediavilla”.
Uno de los problemas principales para esa toma del poder de la que habla Escudero sería la desafección de la gente por la política. “Estamos escuchando todo el rato que la política es inútil, que todos los partidos son iguales y esto provoca que la gente se desmovilice, se desmotive y no perciba la política institucional y la política en la calle como una herramienta que va a mejorar su vida”. Por el contrario, para Escudero la política sería “la única herramienta que va a poder hacer que su vida mejore”. En este sentido, el reto fundamental sería “recuperar la confianza y recuperar la esperanza”.
Sólo con la política se pueden afrontar retos como las acciones preventivas para que los montes no vuelvan a arder, que se reduzca la jornada laboral para que la clase trabajadora tenga más tiempo propio para dedicar a lo que desee o, tirando de una lucha concreta en la que está implicado directamente, impedir la ampliación del aeropuerto del Prat. Incluso la propia Conferencia Beyond Growth tiene para Escudero su transcendencia política, por lo que conminó a la sala a “a salir muy convencidos y convencidas de que lo que estamos haciendo es profundamente importante, profundamente relevante. Creo que lo que estamos haciendo aquí hoy sienta un antes y un después”.
En cuanto al discurso para promover el Decrecimiento en la sociedad, se mostró cauto a la hora de utilizar el término abiertamente. “Muchas de las personas que participamos en el movimiento ecologista hemos sufrido burlas al emplear la palabra decrecimiento. Yo no soy el más partidario de utilizar el término decrecimiento a nivel comunicativo porque no es nada es sexy”, en la línea de la ya clásica frase de que «hablando de Decrecimiento no se liga», de Juan Carlos Monedero, y obviando las encuestas internas y externas de que dispone su formación que confirman una y otra vez el notable apoyo entre las personas de izquierda a las propuestas acrecentistas y decrecentistas. Pese a este comentario, Héctor Escudero es uno de los impulsores en IU del espacio Decrecer para vivir, pionero dentro del ámbito político español, y admitió que el término decrecimiento define “una realidad material, física y biofísica, y no hay otro término se ajuste a lo que necesitamos”.
Finalmente, para que el decrecentismo avance, animó a la gente a organizarse en cualquier tipo de organización, sea sindical, política o de cualquier otra índole. En definitiva, lo importante es que “hagamos política y nos involucremos para mejorar nuestra propia vida y también la de la gente que queremos”.

Notas
[1] Aunque durante la preparación de la conferencia se propuso la participación también de Petrocenitales como espacio que lleva 14 años reuniendo a decenas de organizaciones y divulgadores en torno a las cuestiones del Decrecimiento, el Peak Oil y el rumbo de colapso civilizacional, finalmente el grupo puesto en marcha por el Instituto Resiliencia no fue invitado a participar.
[2] Alianza por el Clima es una plataforma de organizaciones sociales de ámbito estatal formada en 2015 e integrada, entre otras organizaciones, por WWF, SEO/BirdLife, Ecologistas en Acción, Greenpeace y Amigos de la Tierra, CCOO, UGT, USO, UPA, COAG, Coordinadora de ONGDs, Oxfam Intermón, Caritas, ONGAWA, Manos Unidas, REDES-ONGD, Fundación Renovables, Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, Fridays For Future (FFF)/Juventud por el Clima, ECODES, ATTAC, CECU, ASGECO, OCU, Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente, Asociación Española de Educación Ambiental, Red Española de Desarrollo Rural, Sociedad Española de Agricultura Ecológica, etc.
[3] Futuro en Común es un colectivo formado por más de 50 entidades unidas para acabar con las causas de la pobreza, la desigualdad y la destrucción del medio ambiente. Forman parte de Futuro en Común redes y plataformas estatales como la Coordinadora de ONG para el Desarrollo, Plataforma de ONG de Acción Social, Sedra, Plataforma de Infancia, Plataforma de Voluntariado, Redes, European Antipoverty Network; las coordinadoras de ONGDs de Cantabria, Galicia, Castilla y León, Madrid, Andalucía y Cataluña; y organizaciones de la sociedad civil como Amigos de la Tierra, Cáritas, Ayuda en Acción, Asamblea de Cooperación por la Paz, Cruz Roja, Ecologistas en Acción, Economistas sin Fronteras, Greenpeace, Entreculturas, Manos Unidas, Médicos del Mundo, Mundubat, Médicos en Acción, WWF, Seo Birdlife, Intermon Oxfam o Save the Children, entre otras.
[4] Plataforma integrada por una treintena de organizaciones de la sociedad civil entre las que se encontraban inicialmente: Attac, Alianza por la Solidaridad, Amigos de la Tierra, Asociación Marea Blanca, CCOO, CECU (Confederación de Consumidores y Usuarios), Demos Paz, Ecologistas en Acción, Economistas Frente a la Crisis, Economistas sin Fronteras, ECOOO, Foro Transiciones, Fundación Alternativas, Fundación Nueva Cultura del Agua, Greenpeace, Plataforma contra los Tratados de Libre Comercio, Plataforma Renta Básica Universal, Rebelión Científica XR, Sociedad Española de Agricultura Ecológica o UGT. Sin embargo, en la actualidad algunas como Ecologistas en Acción se han retirado de la misma y otras nuevas están en fase de incorporación. El sitio web de la Alianza —en construcción— permitirá consultar el listado actualizado.

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