Jorge Riechmann
Foto: Marta Beltrán.

Selección de poemas de «El empeño del manantial»

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El empeño del manantial. Jorge Riechmann(Pequeña selección de poemas pertenecientes a la antología poética El empeño del manantial, de Jorge Riechmann, cuya selección original y edición corresponden a Alberto García-Teresa. Esta reselección sobre la selección original ha sido realizada por Manuel Casal Lodeiro para 15/15\15, excluyendo de dicha selección los poemas correspondientes a poemarios recientes que ya han sido objeto de selección para nuestra revista.)


Autocrítica

Yo he escrito
en más de una ocasión
del lado de los vencidos
y no sin cierto énfasis

pero en realidad me hallo
del lado de los vencedores
desde hace mucho

en una posición subordinada
qué duda cabe
con algunas renuncias voluntarias
qué duda cabe
con reconcomios y escozores morales
qué duda cabe
pero del lado de los vencedores
qué duda cabe

desde hace
muchas generaciones

pero sin duda exagero: es cosa más reciente

con todas las proteínas necesarias
con toda esa ristra de derechos humanos
con sobreabundantes toneladas de equivalente de petróleo

yo
beneficiario del sol de la explotación
beneficiario de los yacimientos de la tortura
beneficiario de los tipos de interés de la muerte

me muero
de vergüenza.


La democracia liberal y su época

Se habla
del tiempo
de cine
de los planes para las vacaciones

mientras nuestros bombarderos destruyen las ciudades del enemigo

Se habla de música
de fútbol
del colegio de los niños

mientras nuestro consumo energético arrasa los cinco continentes

Se habla cada vez más
de alimentación sana
calidad de vida
cultura del ocio

mientras mueren los ríos los animales y un veneno oscuro y aceitoso
le quema los pulmones a la libertad.


Desaparecen las eras
y se construyen chalés adosados
desaparecen los ríos
y se construyen autopistas
desaparecen los hombres y mujeres
y da miedo mirar oler decir
lo que están construyendo.


Poética de la mosca cojonera

“Cuando se abre una nueva pesquería los biólogos marinos suelen iniciar un estudio científico para determinar las tasas de capturas máximas sostenibles, pero la pesquería corre el riesgo de entrar en crisis antes de que se hayan alcanzado las conclusiones del estudio.”
(Jared Diamond)

No tenemos dinero para aliviar las condiciones de vida en África; pero sí que lo tenemos para poner en órbita redes de satélites que permiten detectar los trágicos cayucos antes de que crucen nuestras fronteras.

No tenemos voluntad ni recursos para frenar las emisiones de gases causantes del calentamiento climático; pero sí que los tenemos para instalar aire acondicionado en cada vivienda y cada automóvil, realimentando el calentamiento con el consumo adicional de energía.

No tenemos suficiente fe en nosotros mismos para amar la vida –amarla de verdad, hasta el fondo–; pero derrochamos fe tecnolátrica adorando los productos de nuestro ingenio.

No tenemos dos dedos de frente para hacer de la necesidad virtud (esto es, aceptar los límites y constricciones dentro de los cuales se desenvuelve nuestro vivir concreto, y dentro de ellos abrir espacio –o mantenerlo abierto— para la vida buena); pero nos sobra talento para convertir en necesidades los gadgets más triviales e inverosímiles.

No tenemos afán para ir a las raíces de nada, pero nos sobra para decorar las consecuencias.


Orientarse en la ciudad

Magerit, en árabe: “aguas que fluyen”

para Anna Monjo, en su cincuenta aniversario

Rodea atentamente los alcorques de los árboles,
mira esas zanjas abiertas, esos huecos, presta oído
al fondo del desagüe bajo el suelo enrejado.
A veces uno advierte un relumbre fugaz,
cierta sombra silvestre que furtiva se esconde.

¿Qué olor extraño mezcla
una memoria marina
con no sé qué silabeo nutritivo?

Bajo la costra de asfalto
¿qué intuición de piel o de advertencia?
¿Quién ha nacido en la vertical fértil?
¿Qué murmullos se oyen por ahí?

¿Si por debajo de las calles edificios y plazas
palpitasen las antiguas cañadas, manantiales,
colinas playas bosques, toda la entretejida
inquieta diversidad de lo que vive
aguardando sólo la ocasión propicia
para el próximo anhelante despertar?


Vastos horizontes

1

El capitalismo
se autodestruye

Eso sí, compañero:
no te apresures
a descorchar la botella:

hoy sabemos
ya sin asomo de duda
que se lleva el mundo por delante


Dejamos que se fueran cayendo
las casas de los padres
abandonamos los huertos

Ruinas de adobe aragonés
en los campos vacíos
ruinas de piedra castellana
en el páramo limpio
ruinas de sal y sueño. Perdimos
la dignidad de los pobres
sin ganar el aplomo de los ricos

Pensando que ascendíamos
nos dejamos caer
más abajo reabajo requeteabajo

Asfaltamos hasta las grietas del alma
pensando que llegábamos a alguna parte

Nos creíamos modernos desarrollados libres:
no éramos nada más que nuevos ricos
envilecidos un poco más cada día

La libertad sigue siendo proyecto
y echamos
tanto de menos la fuerza de soñar

Jorge Riechmann
Foto: Marta Beltrán.
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Poeta, matemático, traductor literario, ensayista y profesor titular de filosofía moral en la UAM. Su actividad académica especializada versa sobre transiciones poscapitalistas; ecosocialismo; ecología política; filosofía política “verde”; filosofía de la sustentabilidad; ética ecológica; agroética; ética aplicada a las nuevas tecnologías; filosofía de la tecnociencia; sociología de los movimientos sociales… Es autor de una treintena de ensayos (en solitario o en colaboración) sobre cuestiones de ética medioambiental, ecología política y pensamiento ecológico.

2 Comments

  1. Buena selección Manuel y también la foto del maestro
    La fuerza de los sueños, en el último verso. Sí, se hecha de menos, como el árbol que pierde su red de micelios la echa de menos

    Un fuerte abrazo

  2. Se necesita más poesía…
    su gracia dota de belleza la mirada interior,
    al punto de que su desazón asociada es mas llevadera:
    ¡la palabra lleva en su sonar inseparable
    mención a lo inefable de lo posible!
    Ojalá hubiera más poesía…
    para que el optimismo de la voluntad no decaiga
    para que la inteligencia rote sobre su eje
    y entre ambas, el empuje que nos constituye
    no nos descalabre,
    sí como bioma nos salve.

    Con admiración, con proximidad por la inspiración continua,
    como siempre desde la emoción descalza.
    Un abrazo oxitocínico!

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