(Texto leído por el Comité IV en una manifestación del 1 de mayo en Palencia.)
Si se nos permite, nos gustaría recordar que Palencia está dentro del planeta Tierra, y que las variaciones en las condiciones ecológicas y económicas globales van a determinar el futuro de Palencia.
Desde hace décadas Palencia ha puesto muchos huevos en la misma cesta, y esa cesta se llama FASA Renault. Con datos de 2019, entre Palencia y Villamuriel había 38.000 personas trabajando, de las cuales 3.500 lo hacían en FASA Renault. Cada puesto de trabajo directo en el sector de la automoción genera tres empleos indirectos; de tal forma que un cierre de FASA afectaría a la desaparición de un 35% de los empleos de Palencia y Villamuriel. En términos relativos Palencia y Villamuriel son los dos municipios de España que más dependen del sector automovilístico.
En los últimos años la coyuntura económica internacional está cambiando, debido a que estamos ante una crisis geológica sin precedentes. En su informe de 2020 la Agencia Internacional de la Energía ha tenido que reconocer que el máximo de extracción de petróleo se alcanzó en 2019, y que de aquí en adelante la cantidad de crudo será cada vez menor, con una volatilidad de los precios que tenderá al alza. La pandemia está acelerando esta tendencia, y es posible, según la Agencia Internacional de la Energía, que la disponibilidad de petróleo a nivel mundial caiga a la mitad en tan solo cuatro años, de aquí a 2025. ¿Cómo afecta esto a Palencia?
En primer lugar va a causar una caída espectacular en la venta de los automóviles convencionales.
Ante esta evidencia se nos vende la alternativa de los coches eléctricos y de hidrógeno. Sin entrar en cuestiones demasiado técnicas sobre la inviabilidad energética, que llevarían mucho tiempo, vamos a pensar en cuestiones obvias. ¿De dónde vienen todos los materiales que se necesitan la fabricación de estos coches mal llamados ecológicos?: los metales, los plásticos, los motores, los microchips… Todo es fabricado a decenas de miles de kilómetros con materiales de los que España carece, y transportado en grandes buques movidos con petróleo del que España carece.
Al ritmo actual harían falta más de seis siglos para sustituir a los automóviles convencionales por eléctricos, y se necesitaría más petróleo para el transporte de materiales. Sin embargo, como hemos afirmado antes, es posible que solo dispongamos de la mitad de petróleo, de aquí a cuatro años. A todo esto habría que añadir que todas las instalaciones necesarias para la movilidad eléctrica las pagaría la clase trabajadora en favor de una minoría privilegiada que solo podría acceder a estas innovaciones elitistas.
Volvamos al principio. Palencia pertenece al planeta Tierra, y está. y será afectada por la crisis geológica derivada del declive de los combustibles fósiles. Ya, a corto plazo, el 40% de los empleos (directos e indirectos) de Palencia y Villamuriel están amenazados. Piensen en todas las familias que estarán afectadas por esta situación, perdiendo su empleo, y sin poder pagar sus hipotecas.
Hoy celebramos el primero de mayo, en honor a las y los trabajadores anarquistas que se movilizaron por sus derechos en Chicago en 1886, algunos de los cuales fueron torturados y asesinados. Nuestros derechos laborales (hoy menguantes) proceden, no lo olvidemos, de aquellas luchas.
Muy cerca de Chicago, se produjo en los años 70 un colapso del sector del automóvil en la ciudad de Detroit, que puso la mayoría de los huevos en la misma cesta. Palencia es una pequeña Detroit. Los trabajadores y trabajadoras del siglo XIX que iniciaron el Primero de Mayo, lo hicieron porque tuvieron el valor de rebelarse contra sus condiciones de explotación de interminables jornadas laborales, salarios ínfimos y viviendas insalubres.
¿Por qué crece la extrema derecha? Porque la izquierda carece del valor para reconocer las consecuencias de la crisis ecológica en curso y de proponer alternativas diferentes al modelo de crecimiento que devasta los recursos naturales y nuestro futuro. La derecha niega el cambio climático y la crisis energética que supone el final del crecimiento (votaron en contra hace dos años en la moción para declarar la emergencia climática), pero la izquierda silencia la crisis energética para no perder votos.
Lo que nos diferencia de las obreras y los obreros del 1 de mayo de 1886 a los que conmemoramos hoy es que ellos y ellas tuvieron el valor de reconocer la verdad y rebelarse, mientras que la izquierda actual no lo hace. ¿Para qué está alguien en política? ¿Para decir la verdad a los ciudadanos o para obtener votos? Si decir la verdad resta votos lo lógico sería que la izquierda se presentase por el PP o el PSOE, que son los que más votos obtienen. ¿Por qué crece la extrema derecha? Por incomparecencia de la izquierda.
Para finalizar, como decía Antonio Gramsci: El viejo mundo muere, el nuevo tarda en nacer, y entretanto, en este claroscuro, crecen los monstruos.
Los viejos huevos del sector del automóvil están destinados a desaparecer. Aquí, en Palencia la situación es desesperada, pero no es seria, ya que los dirigentes de la clase obrera se niegan a reconocer los problemas de fondo. Y sin embargo Castilla y León, y la provincia de Palencia disponen de grandes posibilidades para la construcción de una nueva sociedad más justa y sostenible que tiene que pasar, inevitablemente, por un decrecimiento en el consumo, una relocalización en la producción, y una rerruralización en el poblamiento.
En el silencio está en juego el futuro de 14.000 personas, solo en Palencia y Villamuriel. ¿Por qué se calla?
Hay que diversificar la economía, tendiendo a nuestras posibilidades reales, y reducir jornadas laborales para favorecer el complemento de otras actividades (producción en huertos, cuidados, ocio creativo).
Toda esta problemática se conoce desde hace 50 años, si la izquierda calla como lo ha hecho hasta ahora, acabará siendo devorada por la extrema derecha. Hay que diversificar las cestas donde ponemos los huevos, pero también tener los huevos y los ovarios de decir la verdad. Solo reconociendo las causas de un problema (en este caso el pico del petróleo), y reconociendo cómo afectará a Palencia, podremos abordar las soluciones. Si la izquierda silencia esta problemática (como ha sucedido hasta ahora), la población se adherirá al fascismo.