Queridas y queridos activistas de Fridays For Future:
Os escribo como miembro de un grupo de investigación de una universidad española que lleva más de diez años trabajando temas de sostenibilidad, energía y cambio climático. Lo hago porque creo que, como bien decís, es el momento de actuar frente a la emergencia climática, pero también creo que es necesario empezar a definir cuanto antes cómo hacerlo.
Y, en ese sentido, hay una cosa que me preocupa. Se está haciendo habitual en vuestros discursos sobre el cambio climático exigir objetivos de descarbonización muy ambiciosos que proponen, por ejemplo, la sustitución de todos los combustibles fósiles para 2050 o 2100. Según mis conocimientos y según los estudios que estamos realizando en nuestro grupo, estos objetivos tan ambiciosos requieren medidas muy drásticas que van mucho más allá de las propuestas habituales como la inversión en energías renovables, los vehículos eléctricos o el ahorro y la eficiencia energética.
Por ello, creo que tenemos que ser muy realistas respecto a los objetivos de descarbonización y las medidas que exigimos para conseguirlos. Si no lo hacemos, nuestros dirigentes pueden conformarse con acallar las protestas con medidas cosméticas exclusivamente tecnológicas que no resuelven nada. Con ello lo único que se conseguiría sería frustrar las esperanzas de muchos jóvenes de buena voluntad.
El grupo de investigación al que pertenezco, aunque colabora con el IPCC, es diferente de otros equipos científicos que estudian el cambio climático porque intentamos abordar los problemas de forma mucho más sistémica de lo habitual. No sólo estudiamos, por ejemplo, las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también el modelo energético y el sistema económico que las genera. También estudiamos las consecuencias de la transición a energías renovables sobre la economía y la biosfera porque nos parece vital ver todas las realimentaciones y no olvidar que todo está conectado.
Hace cuatro años comenzamos a trabajar en un proyecto europeo que tuvo como objetivo construir un modelo que sirviera de apoyo a las políticas de la UE en materia energética. El proyecto ha tenido como resultado el modelo MEDEAS, con el que se pueden ver las interacciones que surgen cuando se intenta hacer la transición a energías renovables. Con él podemos probar, por ejemplo, qué haría falta para conseguir que las emisiones del transporte mundial fueran las que el IPCC estima que necesitamos para tener un 66% de posibilidades de mantener la temperatura por debajo de 2ºC, esto se traduce en que en 2050 las emisiones sean un 30% de las actuales.
En la figura 1 se puede ver el resultado que obtenemos con nuestro modelo cuando le proponemos conseguir estos objetivos con diferentes medidas que agrupamos en lo que llamamos escenarios. El escenario “Current Trends” se basa en dejar que las cosas sigan como hasta ahora, el “EV-high” supone una apuesta radical por el vehículo eléctrico que haría que prácticamente todos los coches particulares fueran eléctricos en 2050, pero que no conseguiría electrificar los barcos ni aviones y sólo parcialmente los camiones por dificultades técnicas evidentes. El escenario “E-bike” se basa en una radical sustitución de los coches particulares por bicicletas y motocicletas eléctricas muy ligeras, de forma que la evolución de los vehículos particulares sería la que se ve en la figura 2, un cambio realmente enorme en la forma de movernos.
A pesar de lo radicales que son todas estas apuestas, en la figura 1 se puede ver que sólo consiguen hacer que las emisiones del sector transporte dejen de crecer, pero están muy lejos de conseguir los objetivos de descarbonización propuestos. También se puede observar que incluso en el escenario en el que no hacemos nada, el “Current Trends”, las emisiones dejan de crecer, pero eso se debe a que nuestro modelo tiene en cuenta los límites de los combustibles fósiles (como el pico del petróleo), de forma que la economía se estanca y eso hace que las emisiones se moderen, aunque no lo suficiente para conseguir los objetivos de descarbonización.
En la figura 1 se puede ver también que los objetivos de descarbonización sólo se consiguen en el escenario que hemos llamado “Degrowth”. ¿En qué consiste este escenario? Consiste en una apuesta radical por la movilidad ligera como la del escenario “E-bike”, sumada a una disminución de la demanda de transporte aéreo de un 85% y marítimo de un 60% (un mundo donde se viaje menos en avión y mucho más local) y, donde, además, los gobiernos del mundo se coordinan para cambiar el actual modelo económico basado en la competencia y el crecimiento por otro sistemas capaz de cubrir las necesidades humanas a la vez que la actividad económica decrece.
Desde luego estos resultados dejan claro que la descarbonización que necesitamos para no superar los 2ºC de temperatura no se puede conseguir simplemente cambiando nuestro coche de gasolina por un coche eléctrico. Además, otro de los resultados que nos ofrece nuestro modelo es que utilizar coches eléctricos a gran escala, como en el escenario «EV-high», agota las reservas de algunos minerales como el litio y el manganeso.
Si utilizamos MEDEAS para estudiar la transición a energías renovables en la electricidad los resultados nos ofrecen un panorama igualmente lleno de límites. Por ejemplo, conseguir una energía eléctrica 100% renovable en 2060 requiere invertir mucha energía en la creación de toda la infraestructura de molinos, paneles solares o líneas eléctricas necesarias. Esto puede llegar a hacer que, en algunos años la humanidad dedique un tercio de la energía consumida en el mundo a construir infraestructuras de energía eléctrica renovable. Desde luego eso sería un reto formidable que, probablemente, nos haría cuestionarnos si realmente necesitamos consumir tantísima energía o si es más sencillo cambiar a forma de vida más austeras antes de embarcarnos en una transición renovable tan costosa.
Los resultados que se obtienen de nuestros estudios siempre terminan mostrando una realidad muy obvia que, de alguna manera, no vemos porque está oculta detrás de muchos datos, intereses e inercias. En realidad, es la misma conclusión que obtuvieron hace casi 50 años los primeros estudios sobre los límites del crecimiento de los años 70: la sostenibilidad requiere cambios muy importantes en el modelo socio económico que la humanidad se ha resistido a hacer. Necesitamos cambiar la actual economía basada en el crecimiento por una economía basada en el equilibrio y esto no es nada sencillo. Por eso el problema del cambio climático y en general, los problemas ecológicos, llevan décadas siendo bien conocidos, pero también décadas sin ser arreglados.
Por todo ello os animo a conocer tanto nuestros modelos como las publicaciones de nuestro blog, ya que hemos hecho un esfuerzo especial en divulgar en un lenguaje lo más sencillo posible nuestros resultados.
Espero que este mensaje os llegue y podáis utilizar el mejor conocimiento científico y global que tenemos en este momento a nuestro alcance para ir más allá del llamamiento a la acción y ser capaces de proponer un camino viable y realmente efectivo que nos permita reaccionar a la emergencia climática.
MUCHAS GRACIAS, estoy muy de acuerdo con vuestra exposiciòn difundirè el texto y quedo a vuestra disposiciòn para tratar de colaborar desde Goiener.
Creo que la respuesta a cual es el camino a tomar la debéis proporcionar las personas que trabajáis investigando precisamente este asunto. Nos iría genial que hicierais llegar a los grupos activistas locales un documento sencillo para indicarnos las demandas que debemos hacer a nuestros ayuntamientos gobiernos etc. La gente andamos muy despistados con todo el green washing que hace el capital.
¿Habéis considerado el efecto de dejar de comer carne o derivados, en especial del vacuno? Hay un documental muy interesante al respeto “Cowspiracy” en Netflix según el cual las explotaciones ganaderas y el sector cárnico en general generan la mayor parte de emisiones (directa o indirectamente).
Hola Oriol. Medias de momento no tiene políticas de alimentación o cambio de dieta porque está centrado en la energía. El nuevo modelo que estamos haciendo sí quiere abordarlo. Y ciertamente una dieta con menos carne es una solución a muchos cosas y la actual ganadería industrial es una aberración. Pero también hay formas de manejo del ganado como el holístico y el PEV y la agricultura regenerativa que consiguen cosas muy interesantes y fantásticas desde el punto de vista ambiental el ganado Industria es una de las principales causas de degradación e injusticia, el ganado bien gestionado es una herramienta fantástica para regenerar la tierra arrasada por la química y para que los suelos absorban co2 muy rápidamente. Pero eso si: todo pasa por comer menos carne porque el volumen actual y al precio actual solo es posible a base de hacer barbaridades
Me producen un profundo respeto Fridays for Future y Extinction Rebellion, el hecho de una juventud movilizada añade nuevas esperanzas a una lucha de años. Creo que nos queda un enorme trabajo de comunicación entre esta nueva ola, los movimientos sociales tradicionales y los grupos de investigación afines y realmente implicados, como el de Margarita.
Existen muchas autoras y autores que han abordado el tema, aportando soluciones, pero me temo que no caben en un documento sencillo, y requerirá actuar sobre los gobiernos pero también sobre nuestras propias vidas y nuestro valores más arraigados.
Yo crecí políticamente leyendo a Yayo Herrero, Taibo, Lattouche, la propia Margarita, Toño Hernández, Pedro Prieto, Fernández Durán… Todxs ellos hablaban de la necesidad de un cambio drástico en nuestro modo de vida, y de un decrecimiento energético y de consumo en general ordenado y no a través de ecofascismos. El problema es que cada día que pasa necesitamos souciones más drásticas, y los cambios necesarios quizás requieran generaciones. El sudoku se complica cada vez más. Y como escuché en un documental, requiere apagar la música ahora que estamos en mitad de la fiesta.
Seguimos!
Hola Marga, gracias por el artículo.
Pertenezco a Fridays For Future Madrid y el artículo se pasó por el grupo general. Todos los comentarios incidían en lo interesante y útil que nos pareció.
El debate del decrecimiento está totalmente presente en el movimiento y diría incluso que es la opción mayoritaria.
Un saludo
Gracias, Daniel. Nos interesaría mucho vuestra participación directa en la revista para expresar vuestro punto de vista y vuestras ideas. Si alguna persona del colectivo se anima a enviar textos (incluso ficción, y también ilustración, fotografía, comic, etc.) sería genial 🙂
Gracias a vosotrxs.
Estando en Navidad, y tras el enorme trabajo que nos ha supuesto la COP y la Cumbre Social, estamos todxs más paradxs, pero voy a comunicar la propuesta.
Muchas gracias, Daniel. Espero que podamos seguir esbozando entre tod@s el «cómo «una vez que el «qué «(decrecimiento) lo tenemos claro. Nos espera un largo camino, contar con nosotr@s.
Es tupendo artículo. Me sumo a seguiros en el blog!
Comparto desde Aranguren, Zalla, Bizkaia. Agradezco su trabajo y me viene la idea de pediros ayuda para difundir. En nuestra zona nos vemos obligados a defendernos de la injusticia social y climática debido a una ruinosa fábrica que lleva 4 años matándonos incinerando biomasa para generar una insignificante cantidad de electricidad y llenándose los bolsillos cuatro a costa de la salud de los vecinos y del medio ambiente. Sólo pedimos que Glefaran cambie su actividad y para ello hemos convocado una manifestación el 25 de enero en Aranguren. Agradecemos la solidaridad.
Gracias por la información, es un alivio saber que hay muchos, pensando como solucionar el cambio. Se, que se puede conseguir!!
Hola.
Cuando hablamos del vehículo eléctrico, pocas veces nos enfocamos en el origen de la energía que consume. Se trata de energía eléctrica producida (en el Estado Español) en un 75% de fuentes fósiles o nucleares. Si a esto se le añade la pérdida de energía que supone la transformación y el transporte eléctrico (un 25%-30%), deducimos que un coche eléctrico emite tanto como uno convencional de gasolina, solo que la emisión no se produce a través de su tubo de escape, sino a muchos kilómetros de distancia en las plantas de generación. Por otra parte, hay que considerar que el introducir masivamente un nuevo electrodoméstico en nuestras vidas (como es el caso de los vehículos eléctricos), supondría un ingente dispendio de recursos que el planeta no puede soportar. Hay unos 800 millones de vehículos a motor en el planeta. Un coche nuevo salido de fábrica ha supuesto ya, por motivo de su fabricación en todo lo que ello conlleva, la emisión de tantos gases de efecto invernadero como la que produce un coche convencional durante 60.000 km de rodadura.
Y no hablaremos de los recursos minerales para fabricar las baterías, o el desecho de millones de ellas tras su vida útil.
Sobre transición y decrecimiento hay materiales formativos y didácticos muy útiles en la siguiente página del movimiento de Ciudades en Transición.
http://movimientotransicion.pbworks.com/w/page/21695355/MATERIALES%20%C3%9ATILES%20PARA%20LAS%20INICIATIVAS%20DE%20TRANSICI%C3%93N
Hola Javier,
Este es un razonamiento muy repetido al que le faltan (seguro que involuntariamente) varios parámetros. No voy a hacer la explicación aquí, pero te sugiero que investigues estos 2 puntos. En primer lugar, la eficiencia energética de una central de ciclo combinado es muy superior a la de un motor de coche. En segundo, una cosa son las emisiones de CO2 y otra los contaminantes de vida corta, que afectan a la calidad del aire que respiramos en las ciudades.
Dicho esto, la transición a un modelo de transporte eléctrico supone un incentivo claro para cambiar la matriz energética de un país.
Ya por último, el cambio de modelo de transporte no trata de cambiar un coche convencional por uno eléctrico, trata de cambiar a formas no motorizadas, a transporte colectivo, a diseñar ciudades que no nos obliguen a movernos tanto, etc.
Gracias y buen día,
A
Muy buenas
Gracias ante todo por la preocupación y el trabajo que realizan, pero lo que me llama la atención es que decrecimiento y capitalismo es una contradicción en los términos. No puede ni va a haber un decrecimiento mientras subsistan las estructuras del capitalismo en el organismo económico mundial. ¿No sería mejor encaminar los «tiros» contra el capitalismo y se solucionaría todo de una vez? Engels alertaba que concentrarse en los árboles podía impedir ver el bosque.
Saludos
Hola Rodolfo. Estoy de acuerdo contigo en que decrecimientoy capitalismo son términos contradictorios, pero no creo que todo sea tan fácil como acabar con el capitalismo. El principal problema, a mi juicio, es con qué economía sistituir a la capitalista, dado que tenemos una población enorme, sociedades extremadamente complejas y una política que es un polvorín. La economía es lo que nos da de comer, literalmente, y de beber, no es tan sencillo diseñar una economía radicalmente nueva de la noche a la mañana.
Sin duda no será algo sencillo sustituir una economía como la actual, pero tampoco lo veo tan difícil, en realidad. Fíjate que cuando ha hecho falta (caso de guerras) se ha trasformado la economía de países enteros en cuestión de pocas semanas. Lo que hace falta es voluntad política. Además tampoco sería sustituir una economía (puramente) capitalista porque lo que tenemos en la mayoría de países son economías mixtas, con parte dominada por el mercado (cada vez más, en esta fase neoliberal da la Historia) pero con parte controlada y regulada por los Estados. Sólo se trataría de movernos dentro de la mixta más hacia el otro extremo, mucho más claro, pero podría seguir siendo una economía mixta, en mi opinión, siempre que supeditase el mercado capitalista al control público de la economía y se restringiese su campo de actuación. Al final será lo que veremos, no queda otra. lo que no está claro es si ese control público será democrático o de tipo nazi-fascista-totalitario o como queramos llamarlo. Es eso lo que nos jugamos, no si la economía actual podrá seguir o no, que está bien claro a estas alturas que no podrá.
¡Interesante artículo!
Sólo me ha quedado una duda, ¿se contempla el descubrimiento en las próximas décadas de energía limpia y barata a partir de la fusión nuclear? En el caso de que se descubra cómo controlar esta forma de producción de energía, creo que el horizonte de la lucha contra el cambio climático cambiaría totalmente, ya que, además de poder eliminar la generación de CO2 de la producción de energía a nivel mundial, se podría usar mucha energía en capturar CO2 de la atmósfera. Me gustaría conocer la opinión de la escritora del artículo al respecto y de quién más quiera participar.
Un saludo
Pablo, nosotros como GEEDS, no contemplamos la energía nuclear de fusión en nuestros modelos porque sus propios promotores dicen que el primer reactor estará listo para 2030-40 como muy pronto, y luego habría que empezar un largo proceso de construcción de carísimos reactores en todos los países, con lo cual, siendo extremadamente optimistas nos ponemos en 2080?? (siendo optimistas) para quel a fusión consigo sustituir algo. Nuestros modelos normalmente van hasta 2050-60. No podemos seguir esperando al sueño nuclear. Y la fisión nuclear tiene muchos problemas con el uranio por no hablar d elos residuos o de que no se están construyendo centrales nuevas para reemplazar a las que tienen que cerrarse y su construcción requiere un mínimo de 10-15 años.
Además pensar que con más energía se solucionan los problemas es muy simplista. ¿Tu creees que la energía abundamente se iba a usar para capturar CO2 en lugar de para vender más vehiculos, chips o plásticos??
Ahora mismo yo creo que lo único que nos puede ayudar con los desastres ambientales es que tengamos menos energía, no más. El pico del petróleo puede ser una de las mejores cosas que le pase a la humanidad en esta década…
Gracias por tu respuesta
Javier, me parece muy acertado tu enfoque.
[…] nuestras propuestas y nuestro discurso deben ser cada vez más sólidos, para lo que, recogiendo el guante de Marga Mediavilla, necesitamos converger con think thanks ecosociales, grupos de investigación y demás plataformas […]
[…] la Tierra” propias de los primeros años de movilización social entusiástica. Son colectivos de discurso superficial, con poca tendencia a la reflexión y compromiso volátil; su máxima “acción” ha consistido […]