(Minicuento publicado previamente en el libro Fuerza Menor —Isla de Siltolá, 2016 —).
Dedicado a Ray Bradbury.
Como cada noche, el androide lee un libro electrónico junto al fuego. Sus amos lo contemplan orgullosos desde el sofá. “Qué culto es Brtx9. Lee más que nosotros. Llegará lejos” se dicen telepáticamente. Luego abandonan el salón para ocupar sus cápsulas de reposo, no sin dar primero algunos besos al androide, que les corresponde con una sonrisa mecánica. Sólo entonces, al quedar libre de testigos, puede Brtx9 entregarse a su auténtica pasión. En un doble fondo de la biblioteca electrónica tiene oculta la reliquia: un libro de papel. Antes de sacarlo, acariciarlo, olerlo, abrazarlo, leerlo una vez más con frenesí, comprueba auditivamente que sus amos ya roncan arriba.
