Comencemos por la historia del barrio de Errekaleor. ¿En qué año se construyó? ¿Qué tipo de población lo habitaba y cuál fue su papel en las luchas de la ciudad?

¿Cuándo surge la idea de okuparlo y con qué finalidades?
Alrededor de los años 2000, en medio del boom inmobiliario, el ayuntamiento decide derribar el barrio para construir viviendas de lujo con las que lucrarse. Hay que decir que desde unas décadas atrás, algunxs vecinxs ya estaban abandonando el barrio para ir a casas más céntricas y el perfil de lxs nuevxs vecinxs es distinto: gitanxs, inmigrantes de fuera de la península… Cuando el ayuntamiento decide derribar el barrio también empieza a meter gente conflictiva, gente que trapichea… para convertirlo en un ghetto. Empieza un proceso de expropiación, realojando a lxs vecinxs en otras casas u ofreciéndoles dinero por sus viviendas. Un proceso de legalidad bastante dudosa, por el que actualmente siguen denunciados en los tribunales.
En el 2013 un grupo de estudiantes preocupadxs por el problema de la vivienda, decide dar un paso más allá y okupar. Visitan diferentes zonas de Gasteiz, se encuentran con este barrio y todas las posibilidades que ofrece y deciden okuparlo. Para ello, hablan con lxs vecinxs que quedan, les explican su proyecto y proceden a okupar el primer portal con las llaves que les dieron lxs propios vecinxs. Así comenzó el proyecto Errekaleor Bizirik!! que quiere decir Errekaleor vivo, en euskera.

¿Podrías describirnos el espacio y los proyectos que ahora mismo funcionan en el mismo?
Desde aquella decena de estudiantes que lo ocuparon en un inicio, hasta ahora —cuando el barrio está a punto de cumplir 4 años—, el proyecto ha crecido enormemente. Estamos unas 150 personas viviendo aquí y, lo que al inicio era un proyecto para buscar respuesta al problema de la vivienda, hoy es un proyecto transformador, un proyecto anticapitalista, feminista, euskaldún, basado en la autogestión y la autoproducción, que pretende dar alternativa a muchas facetas en las que este sistema nos quita la libertad. Hemos recuperado el centro social, el cine, el frontón, hemos construido el gaztetxe… Todo ello para tener espacios en los que fomentar una cultura libre, donde se ofrecen charlas, debates, proyecciones de cine, conciertos… totalmente abiertos para la gente de la ciudad. También tenemos una imprenta con la idea de ofrecer servicio a los colectivos de Gasteiz. El proyecto de soberanía alimentaria también es muy potente. Tenemos una huerta que ya tiene 3 hectáreas, que abastece a las vecinas del barrio, además de una panadería que también vende pan a algunxs vecinxs de Gasteiz.

Descríbenos cómo es el día a día, cómo se organiza y gestiona todo.
Bueno, el día a día de cada vecina puede ser bastante distinto, pero sí que es cierto que tenemos bastantes actividades en común. A nivel estructural, nos organizamos asambleariamente. Tenemos una asamblea general cada dos semanas, a las que todxs lxs vecinxs estamos invitadas a asistir. Aquí se toman las decisiones más políticas, por así decirlo. Las actividades más prácticas y cotidianas las gestionan los grupos de trabajo. Normalmente, cada vecinx suele participar en uno o dos grupos de trabajo. Los grupos de trabajo son muy diversos: huerta, panadería, cultura, infraestructuras (se encarga de la rehabilitación del barrio), relaciones (fomenta otro tipo de relaciones entre nosotrxs), economía, RKmeak (el grupo feminista no-mixto del barrio), comunicación… Éstos se coordinan en reuniones de coordinación, las semanas en las que no hay asamblea. A veces algunos grupos llaman a días de trabajo colectivo (auzolan en euskera) en el que participamos todxs lxs vecinxs, aunque muchos pertenezcamos al grupo que llama al auzolan. Por ejemplo, el grupo de huerta convoca días de trabajo para sembrar o recolectar, el grupo de infraestructuras convoca para rehabilitar zonas comunes del barrio… Otras veces, cuando un grupo gestiona algún evento, abre turnos, para que el resto de vecinxs le ayude, como, por ejemplo, cuando el grupo de cultura organiza un concierto y te apuntas al turno de barra.
Luego, aparte de todo esto, cada portal puede funcionar como una pequeña unidad organizativa. Aunque hay portales en los que cada cual vive en su vivienda, como en cualquier barrio de fuera, hay otros donde todas las viviendas son abiertas y se vive en comunidad. Esto sucede donde yo vivo, un portal no-mixto en el que habitamos 10 mujeres, bolleras y trans.
¿Cómo es vuestra relación con el resto de la población de Vitoria? ¿Qué imagen tiene de vuestro colectivo?
La relación con el/la vitoriana de a pie es distinta. Muchxs no conocen el barrio y la imagen que reciben es la que dan los medios de comunicación mayoritarios, los cuales —especialmente este año— se han dedicado a vender Vitoria-Gasteiz como una ciudad totalmente okupada. Aun así, son muchas las campañas que hacemos por acercarnos a esxs ciudadanxs también, como jornadas de puertas abiertas, por ejemplo. Lo cierto es que cada vez más vitorianxs nos están conociendo y, normalmente, desde el momento en el que conocen el proyecto suelen compartir bastantes inquietudes con nosotras. Desde el reciente corte de luz y las amenazas de desalojo, son muchxs más lxs vitorianos que se han acercado al barrio. Además, un grupo de escritorxs, artistas, profesorxs de Universidad, deportistas… de Vitoria ha comenzado una bonita campaña de respaldo y creo que mucha de la gente indecisa está viendo nuestro proyecto con otros ojos.
Hemos sabido que se han tomado en el barrio medidas específicas frente a la cuestión del descenso energético y la problemática ecosocial. ¿Podrías hablarnos un poco de ellas? ¿Qué servicios son autogestionados y cuáles dependen del ayuntamiento en la actualidad? ¿Teméis que puedan dejar de ofreceros otros servicios que dependen de ellos, a la vista de la situación de conflicto actual?
Nosotrxs gestionamos todo el barrio: construimos y rehabilitamos espacios, ponemos en marcha nuevos proyectos, como la anteriormente comentada imprenta o la huerta… Pero si con servicios te refieres al suministro de luz y agua, han dependido del ayuntamiento hasta hace un mes prácticamente. El agua todavía depende del ayuntamiento, pero el 18 de mayo, operarios subcontratados por Iberdrola, acompañados por numerosas fuerzas policiales, vinieron a cortar el suministro eléctrico.

Muchxs de nosotrxs militamos en colectivos que luchan en defensa de la Tierra y desde hace tiempo veníamos pensando en la soberanía energética, acompañada por un cambio en nuestro modelo de vida, ya que lo entendemos imprescindible para combatir al sistema capitalista. Aun así, debido a los recursos de los que disponíamos, técnicamente era muy difícil, por no decir imposible. Estábamos esperando el momento adecuado y ese momento ha llegado. Ahora tenemos entre manos un proyecto ambicioso y que nos ilusiona mucho. ¡Pretendemos ser la instalación eléctrica renovable aislada más grande de la península! Nuestra idea, para empezar, es realizar una gran instalación fotovoltaica (de unos 50 kW de potencia), para abastecer las necesidades de las viviendas y, sobre todo, de las zonas comunes. Vamos a dar un paso más en la vida en comunidad y prescindir de ciertos servicios en las viviendas (cocinas eléctricas, lavadoras, frigoríficos…) para tenerlos en zonas comunes. Así el consumo eléctrico de cada vivienda será mínimo, pero reforzaremos el de las zonas comunes, para conseguir un consumo mucho más eficiente y mucho menor que el que se da en la actual sociedad.
Para conseguirlo, nos hemos marcado un presupuesto de 100.000 € y hemos lanzado una campaña de crowdfunding para reunirlos. Entendemos que Errekaleor Bizirik!! es un proyecto que no es sólo nuestro, que pretende transformar la sociedad y, en ese sentido, llamamos a lxs ciudadanxs que también sientan suyo el proyecto y que estén a favor de otro modelo energético, a colaborar con pequeñas aportaciones económicas. Nuestro objetivo es el de conseguir la cantidad anteriormente mencionada en 50 días. La campaña acaba el 22 de Julio y, hoy por hoy, hemos recaudado más de 50.000€ [N. del E.: más de 70 mil en el momento de publicar la entrevista]. Cualquier persona que quiera colaborar puede hacerlo a través del web de CoopFunding.
¿Por qué os quieren desalojar ahora? Coméntanos cuál es la situación actual, y las formas de resistencia que estéis desarrollando. ¿Temes que puedan privaros de más servicios?
Hoy por hoy se acaba de aprobar en el pleno el inicio del proceso de derribo del barrio y se ha iniciado la licitación para adjudicar a una empresa el diseño del plan de derribo. Aun así, antes de derribar el barrio, habría que desalojarlo y de momento —que sepamos— no se ha iniciado ningún procedimiento legal de cara al desalojo.
Nosotras tenemos claro que de aquí no nos mueven; creemos en nuestro proyecto como también creen en él las más de 10.000 personas que vinieron a la manifestación en defensa del barrio el pasado 3 de junio. Por ello, nuestra mayor resistencia es seguir nutriendo y desarrollando el proyecto. En ese sentido es muy importante la red que estamos tejiendo con otros movimientos de ocupación y autogestión, así como con gran parte del movimiento social de Euskal Herria. También sentimos que tenemos cada vez una mayor legitimidad; como te he comentado antes, cada vez más y más gente apoya lo que hacemos y seguiremos trabajando por conseguir esta legitimidad. De hecho, el proyecto de soberanía energética será una clave importante en ese sentido.
En cuanto a privarnos de otros servicios… bueno, el tema del agua es un miedo que está ahí. Aunque no vemos muy probable que nos la corten, porque sería ilegal dejar a todo un barrio sin un bien tan básico.
La verdad es que el proyecto está en un continuo proceso de reflexión y definición, debido a la constante entrada de gente hasta hace poco, lo cual supone un cambio permanente en nuestra manera de vivir y organizarnos. Ahora es cierto que tenemos un objetivo principal mucho más claro: la permanencia en el barrio y en nuestras casas. Siempre ha estado ahí la amenaza, pero ahora el riesgo se ve más palpable y, por lo tanto, el objetivo es más fuerte. En ese sentido, quizás habrá que redefinir las estructuras del barrio, como los grupos de trabajo o la frecuencia de las reuniones, y enfocarlos a esto.
¿Tenéis plan B en caso de que la amenaza de desalojo se lleve finalmente a cabo? ¿Hay alguna oferta por parte de la Administración o de los propietarios? ¿Cómo la valoráis, en caso de haberla?
Tal y como te he comentado antes, creemos en nuestro proyecto y no tenemos intención de movernos de aquí.
En su día, el ayuntamiento (propietario de las viviendas) nos ofreció unas viviendas de un barrio vecino (Aretxabaleta) a cambio de rehabilitarlas. Nos ofrecía esas viviendas con el argumento de que nuestras viviendas no son seguras, mientras expropiaban a lxs vecinxs de Aretxabaleta con el mismo argumento de la seguridad de sus viviendas. Nosotrxs no aceptamos la propuesta, puesto que lo que nos proponía (rehabilitar las casas) era exactamente lo que llevábamos haciendo aquí desde el principio. Además de que Aretxabaleta no nos ofrece todo lo que hemos ido consiguiendo aquí (los espacios comunes, la imprenta, la huerta, la panadería…).
A lo largo de vuestra historia como iniciativa autogestionaria, ¿habéis considerado o estudiado otros modelos como los de Can Batlló en Barcelona o la veterana ecoaldea de Lakabe, que optan por otras estrategias en su relación con las diversas administraciones del Estado? ¿Qué opináis de esos modelos? ¿Tenéis contactos o relación con ellos?
Can Batlló no la conozco bien. Lakabe sí, es un proyecto con el que tenemos bastante relación, sobre todo después del corte de luz, puesto que llevan siendo autosuficientes energéticamente desde el principio y nos están ayudando con nuestro proyecto de autosuficiencia. Creo que la situación legal y social de Lakabe es muy distinta y no la podemos importar. Son tierras que llevaban abandonadas mucho tiempo y lejos de cualquier núcleo urbano. Nosotrxs estamos en la zona sur de la ciudad, sujetxs a planes urbanísticos, intereses inmobiliarios y estrategias políticas.