Sin final
Marcando un tiempo inexistente
Impertinente insiste el reloj
En la pared de enfrente
Soledad del niño
Soledad del río
En la mirada muerte
Muerte en la corriente
Hacia el mar
Helado llanto de frío y sal
Del dolor de ser
Parte de una especie dominante
¿Dónde está el calmante?
Dañina e ignorante
¿Dónde hallar
La espuma que disuelva su maldad?
Palabras encendidas
Que esculpió la oscuridad
Armas para construir la paz
Inmunes a la mentira
Manantiales de alegría
Tu mano en la mía
Cómplices del río
Y el juego del niño
Puentes de lealtad
Entre anhelos de prosperidad
Dueñas del destino final

Sólo os decirle que es un bello poema, una pena que, describiendo, sin embargo, una fea y horrorosa realidad.
Un saludo
Gracias Rodolfo. Así es como yo lo veo.
La poesía como alternativa a la realidad que la inspira
Un abrazo