Bilal Paladini San Martín es activista de Ecologistas en Acción, aficionado a la permacultura, doctor en geografía física y medio ambiente y colaborador de 15/15\15. Recientemente ha terminado el máster en formación del profesorado en secundaria (MAES), durante cuyas prácticas ha desarrollado una unidad didáctica titulada Las transiciones metabólicas: impactos ambientales y cambios socio-económicos. Hacia la transdisciplinariedad de las ciencias ecosociales.
En la siguiente entrevista Bilal nos cuenta su experiencia y la necesidad de incluir estos contenidos tanto en la educación secundaria como en todos los niveles educativos.
15/15\15: Siendo un tema tan complejo y poco tratado, tanto desde los medios de comunicación de masas como en los sistemas educativos convencionales, ¿qué te llevó a escoger esta temática para la realización de las prácticas del máster de secundaria?
Bilal: La razón más importante es mi compromiso con el ecologismo social. Desde adolescente milito en diferentes movimientos sociales aunque, debido a mi formación y trayectoria vital, en los últimos años me he centrado en divulgar en diferentes foros los aspectos de la actual crisis de civilización así como a participar y promover proyectos de agroecología en el entorno de la ciudad de Sevilla. Por otra parte, al analizar el mercado laboral y comprobar la escasas posibilidades de poder dedicarme de manera profesional a la sensibilización ante el colapso civilizatorio, decidí encauzar mi carrera hacia las enseñanzas medias ya que esto permite realizar una labor de sensibilización y concienciación con el alumnado, especialmente en materias como la Geografía o la Historia. Además, aunque los contenidos de estas asignaturas están fijados por ley, el enfoque con el que se aborden y los métodos didácticos dependen en gran medida del profesorado.
15/15\15: La Historia, al menos la oficial o convencional, es una disciplina profundamente antropocéntrica. ¿Podrías poner un ejemplo de enfoque transversal en el que se exponga un tema tratando no solo los aspectos sociales, políticos, institucionales, jurídicos y económicos sino también las cuestiones ecológicas?
Efectivamente, la legislación señala la necesidad de incluir contenidos y enfoques transversales pero a lo máximo que llega es a introducir en el currículum de Historia las desigualdades socio-económicas, la desigualdad en el acceso a los recursos, los conflictos políticos, el hambre o los desequilibrios demográficos, lo cual ya es un avance siempre que no se den explicaciones de estos conflictos desde la visión neoliberal, claro, pero esta es otra cuestión. Sin embargo, son los bienes naturales la base material que asegura la reproducción de todas las sociedades, pues los ecosistemas son la fuente de recursos para la satisfacción de las necesidades humanas. Esto pone en evidencia que el estudio de la Historia se realiza desde un punto de vista fuertemente antropocéntrico.
Un ejemplo muy claro de cómo introducir contenidos transversales ecosociales en Historia puede ser el desenlace de la Segunda Guerra Mundial. Los vencedores de esta guerra fueron las dos principales superpotencias, que no por casualidad eran los principales extractores de petróleo (EEUU y la URSS). Por una parte, los franceses controlaban los yacimientos del norte de África y los británicos los del sudoeste asiático, que incluyen los actuales Irak y Arabía Saudí. Además es interesante recordar que la marina de guerra británica ya funcionaba con derivados del petróleo en lugar de carbón desde la Primera Guerra Mundial. Es por ello que un general norteamericano afirmó que la Segunda Guerra Mundial frente a la Primera se centraba en “petróleo, judías y balas” en lugar de “judías, balas y petróleo”. Por último, queda claro que los frentes de batalla verdaderos quedaron delimitados por el intento de control nazi de los yacimientos de petróleo del Cáucaso y de África del Norte, con las feroces batallas de Stalingrado y de los ejércitos de Rommel con los de Montgomery. (ver artículo de Pedro Prieto «Los zombies energéticos«) Lo mismo puede decirse del intento de expansión japonés por Indonesia. El último intento de los nazis, a la desesperada, fue transformar el carbón alemán en derivados del petróleo mediante un proceso bastante ineficiente en términos energéticos para alimentar su maquinaria de guerra, que, por cierto, podía ser la más avanzada tecnológicamente pero de nada servía si no podía ser alimentada de forma estable con derivados del petróleo.
Por todo ello, mediante este enfoque de la Historia que tiene en cuenta las cuestiones ambientales, ecológicas, energéticas y de recursos, pueden ponerse ejemplos significativos para que el alumnado diferencie entre ciencia, tecnología y energía y comprenda que las sociedades humanas, al igual que sus individuos, presentan un metabolismo, es decir, unos mecanismos por los cuales consumen recursos naturales con los que satisfacen necesidades tanto fisiológicas como sociales y que tras su consumo, son expulsados de nuevo al medio en forma de residuos. El ejemplo de la transformación del carbón en derivados del petróleo serviría para explicar otro concepto básico de la crisis de civilización: la TRE (Tasa de Retorno Energética).
15/15\15: ¿Qué disciplinas y enfoques de las ciencias ecosociales podrían constituir la base teórica y metodológica para incluir estos contenidos en la enseñanza secundaria?
Una Historia que tenga en cuenta los ecosistemas y el trabajo de los cuidados desarrollado básicamente por las mujeres, tiene que estar abierta a diferentes disciplinas consideradas tradicionalmente como sociales pero también tiene que tener en cuenta la ecología. Desde hace algunas décadas vienen desarrollándose disciplinas ecosociales transversales como la Economía Ecológica, la Etnoecología o la propia Historia Ambiental, que ya tienen establecidos cuerpos teóricos y metodológicos importantes pero que, por desgracia, son minoritarias en el mundo académico dominado por el BAU y quizás por ello aún no han calado en las enseñanzas medias.
Dentro del cuerpo teórico y metodológico de las ciencias ecosociales destacan conceptos y herramientas bastante intuitivas y con potencial pedagógico que pueden servir para explicar la complejidad del metabolismo urbano-agro-industrial y su actual crisis o colapso. Por ejemplo, el concepto de huella ecológica hace referencia a la cantidad de espacio vital que requiere una sociedad para mantener los niveles de consumo y de posterior emisión de residuos de su metabolismo social. Rápidamente el alumnado percibirá que los estados enriquecidos del planeta consumen recursos procedentes de los territorios de los estados empobrecidos, lo cual servirá para deconstruir la falsa e interesada dicotomía entre desarrollo y subdesarrollo y ayudará a demostrar que la deuda (en términos monetarios) es una trampa impuesta desde el Norte al Sur por un comercio desigual que hunde sus raíces en el colonialismo, el tráfico de personas esclavizadas, el imperialismo y el posterior neocolonialismo de las corporaciones trasnacionales y que la deuda real es la ecológica que tienen los estados enriquecidos con los empobrecidos.
Por tanto, otro concepto de suma importancia es el de metabolismo social, es decir, los procesos de apropiación, transformación, circulación, consumo y excreción de recursos naturales de una sociedad determinada. Estudiar las características, evolución y conflictos entre los tres modelos metabólicos que han existido a lo largo de la historia (primero el cinegético-forrajero o recolector-cazador; más tarde el agrario orgánico o agrícola-ganadero; y por último el industrial basado en los combustibles fósiles) permite entender la dependencia y limitaciones de las sociedades humanas con respecto a los ecosistemas y entornos geográficos donde se desarrollan.
15/15\15: Has apuntado la cuestión de los límites, palabra tabú para el BAU y para el pensamiento neoliberal. ¿Cómo crees que puede introducirse esta cuestión en la educación secundaria?
La cuestión de los límites es de suma importancia para entender el auge y declive o colapso de al menos 26 civilizaciones a lo largo de la historia. Un ejemplo paradigmático es el colapso de la antigua civilización sumeria causado por la expansión e intensificación del regadío. El desarrollo de civilizaciones complejas basadas en la agricultura extensiva-intensiva supuso la primera ruptura de los ciclos naturales de materia y energía a niveles locales. Varias de estas civilizaciones colapsaron por esta causa. Por ejemplo en la antigua Mesopotamia, se ha demostrado a través de los registros en las tablillas de arcilla y en otras pruebas arqueológicas que la civilización sumeria logró grandes incrementos en la producción de cereales gracias a la irrigación. Esto llevó a un aumento poblacional, mayor fortaleza militar y control de las rutas comerciales. Este crecimiento forzó a extender más el cultivo e intensificar el riego hasta que los suelos se agotaron y se volvieron improductivos por la deposición de sales disueltas en el agua de riego.
Hoy en día la civilización amenazada por colapso es la civilización urbana-agro-industrial, es decir, la civilización global que se ha expandido por casi todo el planeta y los límites metabólicos son claros tanto en la entrada de recursos como en la salida de residuos: el agotamiento imparable y la incapacidad de sustituir los combustibles fósiles (entre otros muchos recursos) y el cambio climático y la degradación de la biosfera, respectivamente.
15/15\15: ¿Qué cuestiones de actualidad y cuáles de los contenidos más importantes en el currículum oficial de Historia podrían enfocarse desde la perspectiva de las ciencias ecosociales?
En cuanto a cuestiones de actualidad pueden tratarse todas las problemáticas que son expuestas por los medios de masas de forma interesadamente superficial y distorsionada: desde la crisis de los refugiados y otros movimientos migratorios, al Daesh, pasando por el cambio climático, la crisis económica, etc.
Para ello es totalmente necesario introducir los ya muy maduros análisis y narrativas sobre el colapso civilizatorio, el Pico del Petróleo, el agotamiento de los principales recursos naturales y la sobrecarga de los sumideros, para lo cual es muy importante utilizar los conceptos de metabolismo social y huella ecológica. El objetivo sería superar las visiones reducionistas y manipuladas propias de los medios de masas y establecer una visión holística de la situación del planeta.
De esta forma se podrán establecer intuitivas conexiones entre los fenómenos anteriormente citados, que no son más que las consecuencias de procesos de exclusión y acumulación por desposesión que la dinámica del colapso está llevando a grandes masas de población a lo largo y ancho del planeta y que se manifiestan en forma de recortes en servicios sociales, crisis de deuda, subidas de la prima de riesgo, oleadas de refugiados, movimientos migratorios de población desposeída de sus tierras o atentados terroristas que responden a una estrategia para establecer estados fallidos en gran parte del planeta para saquear así más eficazmente los recursos de estos territorios sin compartir si quiera las migajas con una élite clientelar y sin tener que desplazar ejércitos convencionales propios.
La introducción de las narrativas y el análisis sobre el colapso, el Pico del Petróleo, los impactos ambientales del actual modelo productivo y su interrelación con la actual crisis económica —que no es más que la punta del iceberg— ayudarán a trasmitir que no se pueda exprimir mucho más la naturaleza y que, por ello, las élites están desarrollando nuevas formas de acumulación que atentan contra la biosfera y contra la inmensa mayoría de la humanidad: biopiratería, transgénicos, megaproyectos, acaparación de tierras, etc.
En cuanto a los contenidos de las asignaturas de Historia, pueden enfocarse desde esta perspectiva todos los temas a lo largo de todo el desarrollo histórico: la comparación de las manifestaciones artísticas que muestran cosmovisiones utilitaristas de la naturaleza propias de las primeras sociedades jerárquicas frente a las de las sociedades igualitarias, las diversas causas que condujeron al desarrollo en diferentes áreas de las primeras sociedades agrícolas y sus consecuencias sociales y ambientales, así como el paso de las sociedades de base orgánica a un metabolismo industrial basado en combustibles fósiles, por poner tan solo tres ejemplos.
En este último caso es necesario realizar un especial hincapié en las causas históricas no tratadas en el currículum oficial, que no son más que los procesos de acumulación primitiva por desposesión: nos referimos a la expansión europea, la esclavización y deportación forzosa de africanos, el sometimiento y desaparición de pueblos y culturas de lugares periféricos con respecto a los centros de poder, los cercamientos, la abolición de los gremios y otros cambios institucionales que condujeron a la creación del Estado moderno y de ideología liberal, y que supusieron la práctica desaparición de modelos de vida comunitarios y no mercantilizados en torno a una gestión colectiva de bienes comunes. Aquí pueden realizarse paralelismos históricos, ya que actualmente estos procesos de acumulación por desposesión —que la ideología dominante llama progreso y libre mercado— se están desarrollando en diversos lugares del mundo mediante la acaparación de tierras, megaproyectos, guerras por recursos, etc.
A las causas anteriormente citadas se añaden el aumento del comercio mundial desde la etapa mercantilista, los cambios en los sistemas agrícolas y las innovaciones técnicas, como únicas causas de la Revolución Industrial tratadas en el currículum oficial de forma interesadamente distorsionada bajo un punto de vista eurocéntrico y tecnoentusiasta, sin establecer ninguna relación con los aspectos tratados en el párrafo anterior y sin señalar la profunda dependencia que las innovaciones técnicas tenían —y siguen teniendo— de los combustibles fósiles como recurso no renovable.
También es muy importante incluir las consecuencias tanto sociales como ambientales de la Revolución Industrial: cambio climático, pérdida de biodiversidad natural y cultural, homogeneizaciones paisajísticas y culturales, contaminación del agua, pérdida de suelos, deshumanización de las relaciones humanas, crisis de cuidados… y comprender, como se ha explicado anteriormente, que con un planeta esquilmado y degradado, las élites sólo aumentarán sus beneficios y privilegios desposeyendo a mayores capas de población y degradando aún más la biosfera.
En definitiva, todos los temas de historia pueden remodelarse ante la perspectiva transdisciplinar de las ciencias ecosociales. Por ejemplo, la ya mencionada importancia del vector energético y de los yacimientos de petróleo en la Segunda Guerra Mundial, o la transición del carbón al petróleo como principal fuente de energía durante el New Deal tras la Gran Depresión de 1929, lo cual, por cierto, sirve además para explicar lo acertado de las tesis del Decrecimiento y el Ecologismo Político frente a los neokeynesianos partidarios de una fuerte intervención estatal para reactivar el consumo y la economía. Ya no tenemos el as en la manga que tenía el presidente Roosevelt, que no era otro que el petróleo y las aplicaciones técnicas basadas en este recurso. Además aunque tuviéramos otro as no sería deseable aplicarlo, pues llevaríamos a la biosfera a un estado inimaginable para la vida.
15/15\15: ¿Qué falacias propias del pensamiento dominante pueden ser deconstruidas mediante esa introducción de las ciencias ecosociales en los currícula de las enseñanzas medias?
En primer lugar, se puede deconstruir fácilmente el falso mito de la escasez en las sociedades primitivas. La Antropología ya ha demostrado que, en condiciones normales, las sociedades igualitarias eminentemente recolectoras-cazadoras u horticultoras-recolectoras-cazadoras presentan estándares de vida bastante altos: esperanzas de vida en torno a 60 años con salud, una alimentación completa y equilibrada, jornadas de trabajo de 4 o 5 horas no continuas (y entrecomillo la palabra trabajo porque utilizan el mismo término para designar juego y trabajo).
Otro mito fácilmente desmontable es el del trueque y la aparición del dinero como una innovación imprescindible para la vida en sociedad. Las potencias europeas esclavistas intercambiaban bebidas alcohólicas, armas y otros productos con las élites africanas a cambio de personas esclavizadas. Probablemente esto hizo pensar a los primeros economistas que las sociedades que ellos consideraban atrasadas basaban sus intercambios en el trueque. Al tener una concepción de la historia lineal y similar para todos los pueblos, estos autores consideraban que los europeos ya habían pasado esa fase de retraso y que para solucionar los problemas derivados del trueque se había inventado el dinero. Nada más lejos de la realidad: la vida en comunidad y la gestión comunitaria de los bienes y saberes colectivos, bases para la autosuficiencia, no requieren del uso del dinero ni del trueque, sino del apoyo mutuo entre individuos que intercambian bienes y servicios de forma espontánea y fluida en comunidad, como actualmente vemos en comunidades indígenas o campesinas en varias partes del mundo o como ocurría probablemente en los comunes de la Europa medieval donde las familias eran unidades de producción.
Esto nos enlaza con otras tres falacias: el mito del progreso, el eurocentrismo y la invisibilidad de los cuidadosos. Si los pueblos primitivos presentan mejores niveles de vida con respecto al individuo medio de una sociedad industrial y además son más sostenibles, si pueden intercambiar bienes sin haber inventado el dinero y si además para ell@s jugar y trabajar son sinónimos, algo debe estar fallando en la visión eurocéntrica y tecnoentusiasta del mundo que, entre otras cuestiones oculta el trabajo reproductivo y el mantenimiento de la vida en pos de la productividad y de la competición entre individuos con el objetivo de escalar socialmente.
Por tanto, otras falacias fácilmente desmontables son el darwinismo social y el carácter competitivo y dominador innato del ser humano, ya que estas características son consecuencias de desarrollos sociales muy concretos en el espacio y en el tiempo, y en ningún caso extrapolables a todas las sociedades.
15/15\15: ¿Con qué medios didácticos cuentan las y los docentes para trasmitir estos contenidos?
Existen numerosos documentales que muestran de forma amena y didáctica estas cuestiones. Por ejemplo: si obviamos las conclusiones tecnoentusiastas del documental Home podemos utilizar una gran variedad de secuencias del mismo que muestran una gran diversidad de paisajes e impactos de la actividad humana sobre el planeta.
En cuanto a las visiones distorsionadas sobre los pueblos indígenas podemos utilizar los primeros diez minutos de la película Los dioses deben estar locos, donde se compara con humor una ciudad moderna con una banda de bosquimanos. Para este y otros objetivos —como explicar las auténticas causas de la Revolución Industrial— podemos utilizar algunas emisiones desarrolladas por el programa de radio La linterna de Diógenes.
En cuanto a la primera transición metabólica y el origen de las sociedades de dominación y jerárquicas podemos utilizar el documental El amanecer del hombre, donde aparecen los hitos más importantes del Neolítico, la edad de los metales y la protohistoria a pesar de su androcéntrica denominación.
Por otra parte, para tratar las consecuencias de la Revolución Industrial pueden utilizarse secuencias de varias películas, por ejemplo El corazón de la tierra que narra los acontecimientos acaecidos en 1888 en la mina de Río Tinto (Huelva), donde el ejército español asesinó a decenas de habitantes de esta localidad durante las movilizaciones contra la contaminación producida por la mina. Otro film interesante es Daens que muestra las infrahumanas condiciones de vida de la clase obrera durante la Revolución Industrial.
Por último, en cuanto a libros y otros documentos escritos existen muchos recursos. Por ejemplo, Los papalagi es un cuento donde el jefe de un pueblo de Micronesia describe el modo de vida occidental con mucho humor.
15/15\15 ¿Qué aspectos prácticos puede sacar el alumnado del estudio de estas cuestiones ecosociales frente al colapso?
La toma de conciencia ante el colapso a partir de la introducción de contenidos ecosociales en la escuela apoyaría también el desarrollo de prácticas muy necesarias a través de la articulación de todos los sectores de la comunidad educativa: AMPAS, alumnado, profesorado y personal de administración y servicio.
Entre estas iniciativas pueden destacarse: la participación en cooperativas de consumo que aproximan a productores y consumidores para resolver la alimentación diaria; bajar la velocidad, como recomienda el movimiento de Ciudades Lentas; usar la energía del Sol siempre que sea posible; montar un huerto y, a ser posible, comer algo de él; comprender el efecto del consumo masivo de carne y del sistema agroalimentario industrial; reducir el consumo energético; organizar mercadillos o sistemas de trueque que favorezcan la ayuda mutua y la reutilización… En definitiva, realizar proyectos de micropolítica para transformar el espacio próximo reduciendo la huella ecológica, aumentando la equidad del planeta y la felicidad de la gente.
Además, para hacernos cargo de los procesos de la vida y encaminarnos hacia mayores grados de autosuficiencia local se hace necesario recuperar otros saberes que quedan fuera del marco tradicional de la escuela. En la memoria de los mayores y en otras culturas existen claves útiles para la sostenibilidad. La escuela puede colaborar en mantener vivos estos conocimientos que quizá sean necesarios en un mundo que habrá de vivir de forma más sobria.
Será útil y motivador recuperar habilidades para producir y preparar alimentos, para conservar y preparar la comida, para remendar ropa, para arreglar un mueble roto o para divertirse sin consumir grandes cantidades de energía. También es posible aprender a fabricar pequeños ingenios como cocinas solares, serpentines para calentar agua, etc. Por otro lado, las culturas tradicionales han desarrollado mitos y ritos que hablan de un uso respetuoso de los recursos y que habrá que conocer desde los currículos escolares si se apuesta por una educación que incluya la sostenibilidad implicando al resto de la comunidad escolar: padres, abuelos, incluso vecinos.
Otra cuestión importante son los cuidados: los conocimientos de cómo cuidar a quienes lo necesitan (cómo atender a niños y niñas, personas enfermas, cómo animar a quienes estén tristes…) forman parte imprescindible de este bagaje cultural —más desarrollado tradicionalmente por las mujeres— más necesario que nunca para un mundo sostenible.
Al igual que las mutuas de socorro y apoyo mutuo de los obreros industriales a lo largo del siglo XIX fueron el germen de los posteriores Estados del Bienestar (hoy en procesos de desaparición o al menos en franca decadencia), estas pequeñas iniciativas locales, que ya se están desarrollando en diferentes lugares incluso en algunas escuelas, pueden considerarse “laboratorios de experimentación” (como bien explica Yayo Herrero) para las sociedades solidarias basadas en el apoyo mutuo y en metabolismos sociales basados en energías renovables y en principios biomiméticos de un más que probable futuro post-industrial y post-combustibles fósiles.
Después de este largo recorrido de propuestas, muchas de ellas enlazadas entre sí, pendientes de experimentación y contraste, queda un interrogante esencial: ¿Se pueden construir fragmentos de sostenibilidad? ¿Es posible una educación sostenible en un planeta insostenible? ¿Podría la educación remover un mundo asentado estructuralmente en la insostenibilidad? No hay certezas. Sólo una: los docentes concienciados y sensibilizados ante estas cuestiones tienen la oportunidad de intentarlo y de reinventar un mundo social y ecológicamente sostenible.
15/15\15: Por último, ¿cuál crees que sería la forma más conveniente de introducir estos contenidos en la escuela y en los currícula? ¿En qué asignaturas cabrían?
Es importante señalar que muchas asociaciones de padres y madres de alumnos ya desarrollan actividades como las reseñadas en la anterior pregunta. Sin embargo, para llevar los contenidos ecosociales a las asignaturas oficiales se precisa que estos sean introducidos en la legislación educativa. Imagino que, como en casi todas las luchas que han tenido éxito históricamente, sería conveniente que se estableciese una coordinación entre los movimientos sociales y referentes políticos que defiendan estos cambios en las instituciones.
Por ejemplo: si grupos de profesores, sindicatos, investigadores universitarios, activistas sociales y otros colectivos elaborasen leyes o propuestas de modificaciones de las mismas para introducir estos contenidos y contasen con el apoyo de grupos parlamentarios, se podrían debatir estas cuestiones y lograr que fuesen incluidas en la legislación de forma que se superaran las visiones reduccionistas y la artificial separación entre las diferentes áreas del saber. Necesitamos formarnos bajo nuevos paradigmas holísticos que tengan en cuenta el colapso de la civilización industrial.
Si los movimientos sociales conscientes del colapso queremos divulgar y sensibilizar ante el mismo creo que debemos plantearnos la necesidad de influir en la escuela oficial, que es donde pasa la mayor parte de su tiempo la población adolescente. El cambio climático y otras cuestiones ecológicas están cada vez más de moda incluso en los medios convencionales, por lo que se nos presenta una coyuntura apropiada para ello, y más teniendo en cuenta el relativo éxito de partidos como Unidos Podemos donde participan importantes teóricos del colapso y del decrecimiento así como multitud de activistas ecologistas.
Por todo ello una gran variedad de contenidos ecosociales pueden ser introducidos en las diferentes asignaturas tanto de ciencias sociales como naturales. Por ejemplo, la teoría orgánica de Gaia de Carlos de Castro, que desmonta la interpretación oficial sobre Darwin a la vez que apoya las tesis de simbiogénesis, debería incluirse en el curriculum de biología y de ciencias de la tierra. Por otra parte, y al igual que en historia, el metabolismo social, la huella ecológica y otras herramientas conceptuales y metodológicas deberían ser introducidas tanto en la asignatura de geografía como de economía. En filosofía, antropología o sociología deberían tratarse las cosmovisiones que las diferentes culturas han tenido sobre sí mismas y su relación con la naturaleza. Por último, los contenidos ecosociales también deben introducirse de manera transversal en las demás asignaturas: comentarios de texto en lengua, inglés o francés, resolución de problemas en matemáticas, así como en proyectos integrales en tecnología donde el alumnado aprenda a construir con materiales reciclados artilugios tales como cocinas solares, microaerogeneradores, compostadoras, wc secos, etc. También cabria introducir ciencias ecosociales como una asignatura optativa a lo largo de la secundaria y el bachillerato.
Por tanto, para adaptar los curriculums de las asignaturas oficiales en la legislación se deberán establecer diferentes grupos específicos para cada una de ellas que deberán estar asesorados por especialistas de cada una de las ramas de las diferentes ciencias ecosociales. Posteriormente habría que establecer un programa para formar a los profesores de secundaria a la hora de impartir los nuevos contenidos.
Creo que se puede abrir un interesante frente ya que, si conseguimos avanzar en este sentido, los movimientos sociales transicioneros y decrecentistas tendrán mucho más fácil sensibilizar, trasmitir y divulgar sus cosmovisiones, análisis y propuestas a la mayoría social pues ya estará familiarizada con todo ello y por tanto, será más fácil y asumible por partidos políticos afines llevar propuestas decrecentistas en sus programas sin miedo a ser incomprendidos y rechazados.
Por todo lo expuesto y para avanzar en los objetivos señalados en esta entrevista pongo a disposición de la revista 15/15\15 el trabajo fin de master donde se recogen los contenidos, la metodología, las referencias bibliográficas y algunos materiales didácticos.
Se dice en una de las preguntas: «La Historia, al menos la oficial o convencional, es una disciplina profundamente antropocéntrica».
Yo creo que es además de eso, ante todo, euronorteamericanocentrista, occidentalista, que ha aplicado un colonialismo teórico y mental a toda la periferia (la otra cara del euronorteamericanocentrismo de los países y regiones geopolíticamente centrales).
Y está claro, hasta que los maestros, profesores, académicos, etc, es decir todos aquellos encargados de formar las personas del futuro (el hombre nace con el cerebro «en blanco»), no se podrá cambiar nada. Pero, y no es mi intención ofender a nadie, simplemente constato, ¿estarán concientizados los docentes españoles (y de casi todo el mundo rico, sin descontar muchos de la periferia capitalista), integrantes la mayoría de ellos de una clase media y media-alta, usufructuaria del actual modelo y orden económico mundial (capitalista) que privilegia y sanciona la desigualdad de los ingresos, de los consumos energéticos del planeta y que se apropia de la mayoría del excedente mundial producido, con cambiar dicho modelo del cual son, entre otros pocos, sus actuales beneficiarios?. Esa es la cuestión. No obstante ver como algunos profesores (Bilal Paladini San Martín) inician la tarea es más que alentador.
COMPLETAMENTE DE ACUERDO
Gracias por tus palabras, hasta ahora no había podido leer los comentarios. Así a bote pronto, y sin tener una muestra extensa, creo que la mayoría de los profesores son indiferentes a estos temas pero hay razones para la esperanza pues, desde mi experiencia, cuando encaran estas cuestiones por primera vez se interesan por ellas.
Hola Bilal, me ha gustado mucho tu entrevista y estoy de acuerdo contigo en todo lo fundamental pero de acuerdo del todo en algunas cosa que te iré comentando a medida que avance en este análisis de tu interesante artículo.
1. Dices: que es necesario un estudio eco social de la Hª, porque los textos “de estudio de la Historia se realiza desde un punto de vista fuertemente antropocéntrico”. Estoy plenamente de acuerdo que conociendo esta inquietud tuya y como no abundan textos enfocados desde un estudio eco-social de la Hª, creo que si lees mi “El crecimiento mata” verás que tiene mucho de historia universal eco-social. Creo que si lo lees no pensarás que has perdido el tiempo. Es evidente que ES URGENTE dejar de ser antropocéntrico, pero sin caer en el extremismo de ser fogo-antrópico.
2. Dices:“Un ejemplo muy claro de cómo introducir contenidos transversales ecosociales en Historia puede ser el desenlace de la Segunda Guerra Mundial. Los vencedores de esta guerra fueron las dos principales superpotencias, que no por casualidad eran los principales extractores de petróleo (EEUU y la URSS)”.
Estoy 100% de acuerdo y creo que es necesario recordarlo. Pero también es conveniente recordar que en Europa buena parte del origen de la 2ª guerra mundial se debió a la disputa entre Francia y Alemania por la disputa del carbón y el acero (esto es necesidades del CAPITALISMO, no pongamos como chivo expiatorio a la industria, francés y alemán de materia y energía para la producción industrial) Intereses que después de la guerra fueron compartidos entre las dos naciones en la llamada “Asociación Europea del Hierro y del Carbón” que fue el germen de la capitalista UE actual.
3. Dices: “Por ejemplo en la antigua Mesopotamia, se ha demostrado a través de los registros en las tablillas de arcilla y en otras pruebas arqueológicas que la civilización sumeria logró grandes incrementos en la producción de cereales gracias a la irrigación. Esto llevó a un aumento poblacional, mayor fortaleza militar y control de las rutas comerciales. Este crecimiento forzó a extender más el cultivo e intensificar el riego hasta que los suelos se agotaron y se volvieron improductivos por la deposición de sales disueltas en el agua de riego”. Me encanta este párrafo, es completamente cierto que el regadío es pon para hoy y desierto para mañana. No hace falta irse a la Antigua Mesopotamia para evidenciar esto. Tenemos un ejemplo, relativamente reciente, en el mar Aral que en pocas décadas fue transformado en un salinar a causa del establecimiento de intenso regadíos en sus bordes según un plan quinquenal soviético. Y este párrafo me está animando a escribir un articula que me tiene demandado repetidamente Manuel Lodedeiro.
4. Coincido plenamente en lo clave que resulta considerar los conceptos de Huella ecológica y metabolismo.
5. Dices: “la dinámica del colapso está llevando a grandes masas de población a lo largo y ancho del planeta y que se manifiestan en forma de recortes en servicios sociales, crisis de deuda”. Creo que también estas degradaciones sociales tienen como origen la creciente corrupción de la oligarquía ladrona. Eso sí, en buena parte porque ve que el pastel de los recurso se reduce rápidamente y ya solo queda para unos pocos.
6. Dices: “oleadas de refugiados, movimientos migratorios de población desposeída de sus tierras” pero otra parte importante de estas oleadas de emigrantes se debe a la emigración medio-ambiental (que ecologistas simplistas no mencionan porque en ello no ven una causa social, sino algo natural), pero si el desierto sahariano avanza a una velocidad de 7 Km./año, aunque no lo parezca si que tiene una causa económico social debida al consumismo-productivismo del Norte que acusa el cambio climático en consecuencia el avance del desierto.
7. Dices: “A las causas anteriormente citadas se añaden el aumento del comercio mundial desde la etapa mercantilista, los cambios en los sistemas agrícolas y las innovaciones técnicas, como únicas causas de la Revolución Industrial” es cierto hay que citar lo dañino que ha sido el CAPITALISMO al adueñarse de la Revolución Industrial, pero nada dices de lo dañina que ha sido en sí la Revolución Verde (que de por si sola es dañina independientemente del CAPITALISMO) la cual nos se quedó atrás en el destrozo de la biosfera.
8. Dices: “tras la Gran Depresión de 1929, lo cual, por cierto, sirve además para explicar lo acertado de las tesis del Decrecimiento y el Ecologismo Político frente a los neokeynesianos partidarios de una fuerte intervención estatal para reactivar el consumo y la economía” ¡¡MUY BIENDICHO!!, así es.
9. Dices: “las sociedades igualitarias eminentemente recolectoras-cazadoras u horticultoras-recolectoras-cazadoras presentan estándares de vida bastante altos: esperanzas de vida en torno a 60 años con salud”. No estoy del todo de acuerdo. No es cierto que llegaran a ese limite de esperanza de vida era mas de cerca dolos 50 que de los 60 años,… y aunque fueran 60 yo ya haría mas de 20 años que habría muerto; y al menos para mi (y para la media de los habitantes actuales) esto es un dato bastante negativo. Luego aunque la tecnología no puede verse como una panacea que lo solucione todo tiene cierta componente positiva. Con la técnica y el tecnicismo, pasa como con el consumo y el consumismo y el consumo es bueno y necesario el consumismo es asesino. Con mesura prácticamente tódo es útil.
Podremos hablar de tecnología aceptable si ella nos se desarrolla según el modo de producción y comercialización CAPITALISTA. Si en ella no se da el trabajo enajenado, ni el productivismo-consumismo y se reduce la jornada laboral drásticamente y cada vez más en función del aumento de eficiencia de las maquinas.
Hay que tener claro que no se puede poner a la revolución industrial como chivo expiatorio de todos los mala hay que tener en cuenta que la revolución industrial en seguida fue secuestrada por el CAPITALISMO y que es por eso por lo que se ha realizado el destrozo de la biosfera y empobrecido al Tercer Mundo al Cuarto Mundo Quinto Mundo y sexto Mundo. Para ampliar esto de los 6 Mundos ver mi libro “El crecimiento mesurado y transitorio en el sur”.
No se trata de volver a las cavernas; plantear esto es un extremismo simplista e infantil. No hay que ser simplistas ni extremistas, la solución de un extremo malo no es el extremo opuesto, sino otra cosa completamente diferen-te y muy compleja, pues la realidad es compleja y contradictoria.
10. Dices: Otro film interesante es Daens que muestra las infrahumanas condiciones de vida de la clase obrera durante la Revolución Industrial… más bin debría decirser durante el comienzo del CAPITALISMO
11. Creo que es una gran equivocación hablar de la un futuro “post industrial” debe sustituirse por la expresión
FUTURO POST-CAPITALISTA.
En un comentario en face book el nada despreciable Pedro Prieto me apoyó totalmente en eso de que no se puede confundir la Revolucion Industrial con el CAPITALISMO Y también estaba totalmente de acuerdo de que lo que pasa es QUE EL CAPITALISMO se apropió de la Revolución Industrial,.. y en que los males no vienen de la Revolución industrial sino del acaparamiento de ésta por parte del CAPITALISMO… no se puede usar a la Revolución industrial como chivo expiatorio si no mas bien al modo do producción y comercialización capitalista.
12. Dices: formarnos bajo nuevos paradigmas holísticos que tengan en cuenta el colapso de la civilización industrial CIVILIZACIÓN CAPITALISTA.
CREO QUE ES ALGO COMO LA FABULA DE LA MONA Y LA NUEZ LA CUAL TIRO LA NUEZ PORQUE LA CASCARA ERA MUY AMARGA
Mi intervención muy breve.
Sigo aprendiendo de cuestiones en esta revista claves para comprender el mundo en el que vivimos y del cual soy un analfabeto.
Comparto la preocupación y el interés del profesor Bilal Paladini San Martín.
Totalmente de acuerdo también con la pregunta que fórmula Nardito…que es algo más que una pregunta.
Decirle al compañero Julio García Camarero que sus apreciaciones, siempre sabias, se las encuentra uno siempre como un gran regalo, y recomiendo su texto que publicó Rebelión titulado «El capitalismo y sus cuatro jinetes de la apocalipsis», el 16 de julio de 2016, ¡maravilloso! que bien pudiera haberlo enviado también a este sitio web. Recomiendo leerlo, esta disponible en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=214551
Saludos a todos los valiosos compañeros y colaboradores de esta Revista 15-15-15.
Y permitirnos un breve mensaje: Extrañamos los profundos, agudos, comprometidos, inteligentes y de una altura científica inigualable en su tema de la energía del querido compañero Pedro Prieto, ¡tanto! que cuando abrimos la Revista siempre lo hacemos con la ilusión de tener su nueva apreciación sobre el tema.
Gracias
Hola Bilal.
En primer lugar felicitarte por la calidad del material aportado y por tu generosidad al compartirlo.
Me llamo José Alberto Cuesta y soy profesor de Geografía e Historia en el IES Ribera del Duero en Roa (Burgos).
Llevo dos años tratando de difundir tanto en el alumnado como en el profesorado el problema de Los límites del crecimiento, y he realizado dos proyectos interdisciplinares en el centro. Aunque sólo de un día de duración y solo con alumnos de Bachillerato. No sé como enviártelo desde aquí. La propuesta con profesores de otras materias puedes verla en el blog «Tiempo de actuar» de FUHEM ecosocial lleva el título de «Los límites del crecimiento» y está publicada el 20 de abril de 2016.
Además este año llevé al centro durante ocho días una magnífica exposición con doce paneles sobre «Los límites del crecimiento» realizada por el grupo de Energía y Dinámica de Sistemas de la Universidad de Valladolid, Ecologistas en Acción y Entrepueblos. La exposición ha estado circulando por varios centros de Castilla y León, pero no sé si podrías pedirla para Andalucía.
Desconozco si hay mucha diferencia entre los currículos de Castilla y León y Andalucía. Creo que la materia que más se presta al tratamiento basado en la problemática de recursos y energía que apuntas es la Geografía de 3º de la ESO que en Castilla y León cuenta con los siguientes ocho bloques:
1.Población.
2. El espacio urbano.
3. La actividad económica y el trabajo.
4. Sector primario.
5. Las actividades del sector secundario.
6. Las actividades del sector terciario.
7. Interdependencia y globalización. Desarrollo y subdesarrollo.
8. Impacto de la acción humana en el medio ambiente.
Tu material me ha animado mucho a intentar adaptar este currículo a nuestro enfoque.
En la fundación FUHEM ecosocial hay un apartado dedicado a la educación coordinado por Luis González Reyes, que necesita materiales para secundaria. Si no lo has hecho ya te recomiendo que te pongas en contacto con él.
Gracias nuevamente por tu interés y generosidad.
Un saludo.
Alberto.
José Alberto: puedes mandárnoslo a nosotros, a la coordinación de la revista, que se lo mandaremos a Bilal y luego él ya que se ponga directamente en contacto contigo.
En cuanto a su contacto con Luis, pues decirte que Luis ya está al tanto del material y que ha de contactar con él probablemente tras las vacaciones.
Nos alegra mucho poder servir para difundir este tipo de materiales y para poneros en contacto a los y las docentes que estáis trabajando sobre este aspecto vital de la transición cultural y social.
Hola, os mando el enlace porque está mejor maquetado, y porque el material original mío lo tengo en el instituto y no lo tendréa mano hasta septiembre.
http://tiempodeactuar.es/blog/los-limites-del-crecimiento/
La fecha es 20 de abril de 2016.
Además creo que puede serle útil el material que publicásteis en15/15/15 La obsolescencia del capitalismo.
Si necesita hablar con la gente de la exposición que se ponga en contacto conmigo.
Gracias por vuestra labor.
Un saludo.
Alberto.
Muchas gracias por el material, estoy inscrito a la revista Papeles y sigo a Fuhem. Ojalá pueda usar esos materiales cuando sea profe, ahora tengo que prepararme opos.
Un abrazo¡
Hola a todos, siento mucho no haber entrado antes. No me han llegado los mails que avisan de los comentarios o me han llegado como spam.
El tema que apunta Julio es muy interesante y profundo. La Revolución Verde quizás no la mencione en la entrevista pero si la recojo en la unidad didáctica como uno de los últimos coletazos de la segunda revolución industrial, la del petróleo.
En cuanto a la cuestión de revolución industrial «raptada por el capitalismo», yo considero más bien que es hija de éste pues la revolución industrial es consecuencia de una serie de mejoras técnicas, cambios institucionales (desamortizaciones, fin de la propiedad comunal, fin de los gremios…), cambios en la organización del trabajo etc que se produjeron por la propia evolución del sistema mercantil-capitalista. Por resumirlo muy rápido
Se me olvidaba comentar que la URSS, un país no capitalista, cometió, como ha señalado Julio, atrocidades ambientales debido a una lógica productivista y a técnicas industriales. Algunos afirman que la URSS practicaba un capitalismo pero de estado y no les falta razón.
Resumiendo mucho, no soy antitécnica, pero si creo que toda tecnología para no ser sospechosa, debe ser fácilmente transmitida en el seno de una comunidad o entre comunidades. Por otra parte, creo que los utensilios derivados de estas tecnologías deben ser fácilmente reparables y con materiales que puedan desintegrarse o reutilizarse sin provocar consecuencias negativas en los ecosistemas.
Las tecnologías que mantengan un mundo de base urbana serán en gran medida insostenibles pues las ciudades por sus metabolismos lo son. Requieren extraer recursos de lugares lejanos a los que expelen residuos. Sus habitantes se desconectan y pierden toda sensibilidad con los ciclos naturales. Se requieren procesos productivos industriales para mantenerlas. Por eso el mundo preindustrial, a pesar de que también era desigual era más sostenible ecológica mente, y desde mi punto de vista, también socialmente pues había acceso directo a los recursos por parte de las capas más bajas gracias a los bienes comunales ya desaparecidos. Además un mundo rural donde la mayor parte de la población tenga que cultivar una parte de sus alimentos tiene como consecuencia que la población y los ritmos productivos sean conscientes de los y conozcan los ciclos naturales, pues la vida les va en ello.
Esto lo explica muy bien «La Espiral de la Energía».