Fotografía: Bikash Chandra Sarkar (Wikimedia Commons).

Resumen del ciclo de ATTAC-Palencia «Por qué esta crisis no acabará nunca. Los límites del crecimiento»

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A lo largo del primer semestre de 2016 el grupo provincial de ATTAC Castilla y León en Palencia ha desarrollado un ciclo de conferencias bajo el título Por qué esta crisis no acabará nunca. Los límites del crecimiento. El objetivo de este ciclo ha sido tratar de dar a conocer a la población palentina el inminente final de una sociedad basada en el crecimiento económico, y buscar, en común, alternativas decrecentistas frente al actual modelo.

Dada la trascendencia del tema, las seis personas que impulsamos el ciclo tratamos de publicitarlo por todos los medios. En el mes de febrero, ingenuamente nos pusimos en contacto con un conocido periodista, con la esperanza de que diese a conocer la problemática del ciclo a nivel nacional. En una primera conversación telefónica acordé enviarle un resumen de las principales temáticas abordadas en el ciclo, y amablemente prometió leerlo con atención. Así nació este resumen con intención didáctica.

Pasaron las semanas sin recibir respuesta, que sigo esperando cinco meses después. No puedo ocultar que me gustaría conocer las razones de ese silencio. Tal vez crea que lo que se expone en el resumen sea falso pero, si fuese así sería fácil responder al correo, más bien parece que este es un tema tabú en los principales medios de comunicación españoles (sean de derechas o de izquierdas), y que el sueldo de estos periodistas incluye el silenciamiento de un asunto capital que afecta a toda la humanidad.

Durante la espera, ya despojado de mi ingenuidad con los medios, envié este resumen a Jorge Riechmann, por si podía servir para algo, aún sabiendo que era un texto para legos en la materia. Jorge lo difundió rápidamente, y Manuel Casal Lodeiro (coordinador de la revista 15/15\15) se puso en contacto conmigo. Es un texto que no nació para ser un artículo, sino como material didáctico para la difusión del problema de los límites del crecimiento. Agradezco a Jorge su difusión y a Manuel su interés para que este texto sea difundido con la voluntad pedagógica con la que nació.

Por último, debo agradecer a mis compañeros de ATTAC en Palencia Isabel Cordero, Marta Cano, Mario España, José Antonio Fernández y Luis Domínguez la revisión de este texto, y su trabajo para que este ciclo ideado entre seis personas haya salido adelante. El próximo año seguiremos abordando la misma problemática y os esperamos con los brazos abiertos en Palencia.


Contenidos del documento La obsolescencia del capitalismo

  1. El estudio y las normas de la casa.
  2. Metabolismo industrial y crecimiento exponencial.
  3. La acumulación por desposesión.
  4. El Pico del Petróleo y otros recursos.
  5. Límites del crecimiento y desarrollo sostenible.
  6. Tecnología y tecnolatría.
  7. ¿Qué podemos hacer? Decrecimiento o colapso.
  8. Bibliografía recomendada.

Fotografía: Bikash Chandra Sarkar (Wikimedia Commons).
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Profesor de Instituto de Geografía e Historia. Miembro del grupo de Decrecimiento "Hasta aquí hemos llegado". Autor de dos libros: Filosofía cínica y crítica ecosocial y Ecocinismos, en los que se examina la antigua filosofía cínica como terapéutica frente a la actual crisis ecológica.

11 Comments

  1. Muy buenas Profesor Cuesta.
    Gracias por facilitarnos el material, didáctico pero también serio y profundo, es un inobjetable material de estudio.
    La vida de todo sistema tiene tres temporalidades: el corto, el medio y el largo plazo (la longue durée de Fernand Braudel que fue quien la acuñó)
    No se le está prestando (no digo la Revista 15-15-15 y todo lo que se mueve alrededor de ella) la suficiente atención al mediano plazo, la temporalidad más importante de las tres, donde habrá de decidirse cuál será el sistema-mundo o sistemas sucesor del actual en el largo plazo, decisión que se mantendrá dependiente de lo que se haga (hagamos) en la lucha de mediano plazo.
    ¿Qué va a ocurrir mañana?. El corto plazo es muy volátil (el querido y admirado compañero Pedro Prieto lo llama además aburrido, ‘me aburre cada vez más’ dice él, algo con lo que concuerdo), casi se puede afirmar que ese corto plazo es impredecible, ¡pese a su cercanía!; pero el medio plazo (la temporalidad más importante) se planifica, sin embargo, en el corto plazo, es decir hoy , mañana y pasado mañana. Aún así, por ningún lugar se ve que al corto plazo se le esté dedicando tiempo, espacio y todo aquello sobre cómo queremos que sea ese medio plazo (porque insisto en el largo plazo ya tendremos el otro sistema nos guste o no), y lo que se observa es que las fuerzas progresistas (y disculpen la utilización de tan amorfa palabra, tan corrompida hoy en día ) carecen de un programa y un pensamiento estratégico y táctico. Esto no es una crítica, es una constatación. Los que se proponen una transformación social en un momento en que se han derrumbado los paradigmas emancipadores del siglo XX (sí es que lo fueron, y en algún sentido dígase lo diga algo sí fueron) lo hacen cuando aún están por delinearse los paradigmas del siglo XXI. ¿se puede hacer (parafraseando al poeta) camino al andar? Sí, pero eso tiene sus costos. Por otra parte, entre los que promueven una reforma progresista, prevalece la noción de democracia sin apellidos, un grave y peligroso error (ya no digo ni ingenuo), querer pretender competir en condiciones de igualdad con los dueños del mundo (una parte de cuya élite vive junto a nosotros aquí en España, a veces hasta convivimos con ella en el barrio, en el lugar de trabajo, etc).
    Para terminar, la situación es grave y preocupante, pero reversible: grave, porque con los dueños del mundo, no hay alternativa civilizada posible, harán todo lo posible por cambiarlo todo sin que cambie nada; preocupante, porque comoquiera que lo hagan, los dueños del mundo captarán el apoyo de los sectores populares, ya lo hacen (ningún sistema que no se legitime tendrá mucho recorrido, y ellos, los dueños del mundo, lo saben); pero reversible, porque donde quiera que esa oligarquía gobierne y se haga del poder, la concentración de riqueza y el descarte de seres humanos crearán condiciones para nuevos auges de las luchas emancipadoras. ¡Pero por favor no esperemos a ello!.
    Gracias a la Revista 15-15-15, sus valiosos colaboradores y su abnegado coordinador general que no son de los que esperan.
    Los malos solo triunfan allí donde los buenos somos indiferentes, seamos de esos buenos a los que le es indiferente la indiferencia.
    Un saludo a todos.
    Rodolfo Crespo

    • Gracias por la lectura y tu comentario Rodolfo. Considero que es indispensable que la izquierda se reinvente aceptando una realidad que solo puede pasar por el decrecentismo.
      Respecto a la indiferencia de la población, es de total actualidad un libro que me recomendó mi compañero de ATTAC Mario España. Se trata del «Discurso sobre la servidumbre voluntaria» escrito por Etienne de La Boetie en el siglo XVI.

  2. Es un formidable material, los ejemplos muy ilustrativos, convincentes, pero volvemos sobre lo mismo, es una utopía decirle al capitalista que no crezca, se suicidaría, incluso hasta hoy, todos los que han luchado (y han sido muchos, y no los estoy desprestigiando) lo han hecho básicamente por tratar de tener lo que ellos no tenían y, sin embargo, veían que otros poseían, era una batalla (cruenta las más de las veces) por acceder a la riqueza que, desde su punto de vista lo que estaba era mal repartida, una reivindicación completamente legítima, pero en realidad no era anticapitalista, no iba contra el sistema imperante, depredador, contaminador y exterminador (de personas también), esa ha sido la gran historia de los últimos dos siglos, porque la sociedad actual (capitalista) su forma de repartir lo producido, basándose en los mecanismo de mercado para ello, es de forma desigual, lo que había que cambiar (según la mayoría de los luchadores y reformadores sociales) esa forma, pero no había un proyecto de otro tipo de sociedad, el crecimiento incesante no se ponía en tela de juicio, era solo repartir igualitariamente, o lo más justo posible los resultados del trabajo y la producción material, pero de detener el crecimiento incesante nada.
    Lo que yo veo que proponen los Decrecentistas (personas de buena fe sin lugar a dudas, intachables, honestas) es una suerte de imposible (perdonad que no ofendo a nadie) que consiste en llevar a cabo dicho proyecto pero dentro de los marcos de la estructura capitalista (si no os gustáis a alguien el término cambiarlo por otro), la cuestión es que es irrealizable en la actual estructura de funcionamiento del modelo económico vigente, en otras palabras hay que atacar las causas no los efectos.
    Para preservar el planeta, recobrar el sentido común, alcanzar esa otra civilización que se propone la Revista vuestra, es necesario concebir, desarrollar y hacer prevalecer formas populares de poder, gobierno y democracia que superen a las formas burguesas, de lo contrario señores todo está perdido.
    Coincido con ustedes en los plazos (2030), pero si no se hace algo antes (no es culpa vuestra desde luego, no los acuso de inacción, al contrario) habrá cada vez menos posibilidades; y lo que se ha visto por ejemplo es que las personas viven el día a día, con las dificultades que tienen (o en el caso de los que “disfrutan” rapiñeramente del actual sistema) no creo que el medio plazo en la coyuntura, que habla el Sr Rodolfo Crespo, alguien le preste atención.
    Hace días en el muy memorable artículo del Sr Julio García Camarero, yo preguntaba, y la pregunta no es por mí, ni por meterle el dedo en el ojo al Sr García, ni nadie en particular que, sí como él decía, citando a otros investigadores, el techo ecológico o limite de carga máxima de habitantes humanos que puede soportar la biosfera sin que éstos se alimenten de alimentos derivados del petróleo va desde los 1000 millones de habitantes, población global existente en el momento en el que se comenzó a explotar el petróleo hasta un máximo de 4300 millones, con lo cual hay un excedente mundial de población de algo más de 3 mil millones de personas y va en aumento, ¿qué se va hacer con ellos?, ¿Se piensa decrecer, se propone decrecer, pero y los que sobran?; y, después que se ajuste la masa poblacional tolerable por una economía que cierre el circuito de la materia orgánica ¿Control de la natalidad?, porque están ahí. De tal manera que es un problema de muchas facetas. Si hoy decreciéramos en los niveles necesarios a la conservación del planeta, tendríamos muchos y múltiples problemas y contradicciones acumulados.
    ¿Qué digo con esto señores? Que el problema es gordo, inmenso, no me atrevo a decir irresoluble, pero es grande, enormísimo.
    ¿Y qué hacer con las relaciones de propiedad?, porque comenzar a decrecer manteniendo las mismas relaciones de propiedad actuales es condenar a la miseria y a la extinción a miles de millones de personas. Saben lo qué significa menos recursos, de todo tipo, con misma estructura de distribución y redistribución de riqueza actuales. Ninguna casa se puede comenzar a hacer por el tejado. Con el capitalismo, dentro del capitalismo, bajo la gobernanza de sus leyes, nada delo que proponen es realizable; por eso creo que lo que decía Ortega y Gasset en 1914, y por ahí empieza el excelente texto del profesor de geografía e historia Alberto Cuesta, “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo” es muy acertada, lo que si estoy seguro es que Ortega y Gasset no sabía que, para el caso que se trata, las circunstancias que hay que cambiar, derrotar y desaparecer es el capitalismo como sistema. Sí vosotros tampoco consideréis esa circunstancia (el capitalismo) como la circunstancia a cambiar para poder cambiar y solucionar todo lo demás, apagad la luz y vámonos, y es una palabra que no menciona, y cuando se menciona se hace orillándola, como para no asustar a nadie y esa la causa de las causas.
    Saludos.

    • Hola Nardito.
      Gracias por tu atenta lectura. Lo que has hecho es un diagnóstico totalmente certero del problema. Como afirma Jorge Riechmann «el síntoma se llama calentamiento global, pero la enfermedad se llama capitalismo». Es imposible resolver los dos grandes problemas a los que se enfrenta la Humanidad (límites del crecimiento y calentamiento global) sin salir urgentemente del capitalismo. Y habría que añadir que no será posible ninguna alternativa al capitalismo que se base también en el crecimiento, como mostró el colapso soviético.
      Totalmente de acuerdo en que estamos ante un problema de dimensiones descomunales, y como bien apuntas la cuestión más dramática es la demográfica. La abundancia de energía fósil barata no solo permitió el crecimiento económico, sino también el aumento demográfico y de la esperanza de vida. Algo muy valioso que se podría haber conservado con una transición orfdenada hacia una sociedad estacionaria desde los años 80. Pero hemos perdido muchos años, y ahora esa transición es mucho más difícil.
      No obstante quiero matizar que no es tan fácil hacer un cálculo de la capacidad demográfica del planeta en una sociedad post-petróleo, ya que esta capacidad de carga no solo viene determinada por factores físicos como la energía, sino también por factores sociales como la distribución de la riqueza, estilos de vida y sociedad, valores éticos y creencias.
      Aquí está el quid de la cuestión, y está en juego nuestra supervivencia (salvar nuestra circunstancia) o construir sociedades cooperativas y austeras que permitan un nivel de vida digno a un mayor número de población, o entrar en un sálvese quien pueda (feudal, fascista o de otro tipo) que causaría el mayor genocidio de la historia de la humanidad.
      Kropotkin en 1902 escribió «El apoyo mutuo» tras estudiar la fauna de Siberia y constatar que la cooperación es un factor evolutivo tan importante o más que la competencia. En circunastancias ecológicas muy desfavorables las manadas de caribús pueden sostener altas densidades de población gracias al apoyo mutuo. Un ejemplo contrario sería el de los lemmings noruegos que optan por resolver sus problemas de crecimiento demográfico mediante suicidios en masa. Creo que estamos ante la misma disyuntiva, o caribús o lemmings.
      Saludos.

      • No obstante quiero matizar que no es tan fácil hacer un cálculo de la capacidad demográfica del planeta en una sociedad post-petróleo, ya que esta capacidad de carga no solo viene determinada por factores físicos como la energía, sino también por factores sociales como la distribución de la riqueza, estilos de vida y sociedad, valores éticos y creencias.

        Como sabes, Alberto, yo abordé precisamente esa cuestión en Nosotros, los detritívoros. Aunque es obvio que resulta muy complicado aproximar una cifra concreta como techo máximo de la población humana en el planeta después de la Era de la Energía Fósil, también resulta bastante claro que no podremos aumentarla más allá del límite constatado de los mil millones en toda nuestra historia preindustrial. Todos esos factores sociales que comentan tienen sus límites, impuestos por la realidad energética y ecosistémica, y ya se han probado en multitud de variantes a lo largo de toda la historia preindustrial humana, y nunca se superó esa cifra, de hecho, en las épocas más sostenibles la población mundial era considerablemente menor de ese millardo.

        • Compañero Manuel Casal Lodeiro
          No es muy sano hacer otras intervenciones, pero al leer hoy los comentarios y ver el enlace a su ensayo “Nosotros, los detritívoros” (yo no he leído el libro, procuraré ahora leerlo) no hago sino asombrarme.
          De 20 autores, con predicciones muy cercanas todas en el tiempo (salvo 2 de ellas de la década de 1990 del siglo XX, y la mayoría enmarcadas en los últimos 10 años) sí exceptuamos sólo una (la de Richard Heinberg) ninguna estima el techo poblacional del planeta, sin que éstos se alimenten de alimentos derivados del petróleo, en más de mil millones de habitantes, lo que supone un tremendísimo problema, del nadie habla o se habla muy poco.
          Porque ¿qué hacer con esa población?, y como decía el profesor Cuesta ¡si se hubiese hecho algo desde los años 80 del pasado siglo!.
          Cada vez me convenzo más de que la humanidad esta a las puertas de una gran guerra, un capitalismo sin crecer es muy peligroso, los ecologistas y decrecentistas pudieran estar muy contentos por la escasez de inversiones de los últimos años (el capitalismo no crece al ritmo “adecuado” y el crecimiento que logra lo hace sobre todo financieramente) lo que se traduce en que la naturaleza bien podría estar beneficiándose con ello, algo extensivo a los seres humanos que dependemos de ella, pero eso sería bueno fuera de la sociedad capitalista, porque si no, repito es extremadamente peligroso; pero si a eso se suma el excedente mundial de población y la lucha mundial por unos recursos de todo tipo menguantes, estamos enfrente de una salida capitalista a todo estos problemas, ¡terrible muy terrible!
          Un saludo reiterado a todos.
          Rodolfo Crespo

        • Hola Manuel. Desconocía esta obra tuya y me interesa mucho la cuestión.
          Ya sé que los diferentes informes sobre «Los límites del crecimiento» del Club de Roma no cuantificaban las cifras, pero por curiosidad hice una cuantificación aproximada con el método primitivo (pero práctico) de medir los gráficos con una regla milimetrada, establecer equivalencias y resolverlas con reglas de tres.
          En «Los límites del crecimiento 30 años después» de 2002 en el escenario BAU en 2030 habría 7800 millones de personas, bajando a 6500 millones en 2050, y 3900 millones en 2100. Es decir un hipergenocidio.
          Pero me impactó aún más la revisión de «Los límites del crecimiento» de 1972, que hicieron Graham Turner y Cathy Alexander en 2014, cuyas gráficas aparecieron en The Guardian el 2 de septiembre de 2014. Yo pensaba que entraríamos en un régimen demográfico nuevo en el que subiría la mortalidad, pero en el que la natalidad se mantendría baja. Pero resulta que también sube la natalidad, pero la mortalidad se dispara. Lo que significa que vamos (en cuanto a la natalidad) hacia regímenes demográficos anteriores (sociedades mayoritariamente agrarias) con la novedad de que esta vez la mortalidad acaba excediendo ampliamente a la natalidad.
          Aquí las equivalencias que hice son más imprecisas pero sirven para observar la tendencia:
          1900: Tasa de Natalidad: 37´0 por mil, Tasa de Mortalidad: 29´2 por mil
          1920: T.N: 35´7 , T.M: 29´2
          1940: T.N: 36´1; T.M: 27´0
          1960: T.N: 32´7, T.M: 19´4
          1980: T.N: 25´8, T.M: 12´9
          2000: T.N: 19´8, T.M: 9´0 (Muy similares a las tasas de 2015, 19 y 9)
          2020: T.N: 16´8, T.M: 11´6 (La mortalidad empieza a subir con el declive energético).
          2030: T.N: 14´2, T.M: 12´9 (Fecha de máxima población mundial).
          2040: T.N: 15´1. T.M: 21´5 (La mortalidad se dispara, y la natalidad empieza a subir para intentar compensar la caída demográfica y por la vuelta a sociedades mayoritariamente agrarias)
          2060: T.N: 18´5. T.M: 27´1
          2080: T.N: 24´1, T.M: 31´0 (Tasas de mortalidad superiores a 1900)
          2100. T.N: 26´2, T.M: 33´1
          Supuestamente, a partir de 2100 la población mundial seguiría cayendo.
          Repito son cálculos caseros sobre gráficas que tratan de huir de la cuantificación y de la predicción. No sé si Bardi o alguien se ha encargado de una cuantificación exacta. No obstante me sirvió para hacerme un poco idea de lo que viene.
          Leeré «Nosotros los detritívoros» con sumo interés.
          Un saludo.

  3. Estimado profesor Cuesta me animo a comentar, porque su material didáctico y los comentarios del foro incitan a ello.
    Creo que mis capacidades no dan para comprender algunas explicaciones que hay en el documento (alumno retrasado seguramente) sobre todo lo relacionado a los folios y si lo doblo o no lo doblo, pero bueno eso no es lo fundamental, si hubiese estado en esas Conferencias no dude que habría sido un pesado preguntando, sin embargo, en su parte introductoria (antes del PDF) expone con claridad en qué consiste el sistema. No creo que el malo de la película sea el periodista, aunque sea el santísimo director del periódico o la Revista, a los mejor lo que gana es un salario de mileurista y no llega a fin de mes, pero sea quien sea, tenga las intenciones que tenga y se mueva por lo ideales que se mueva, es lo que somos casi todos: una pieza del engranaje del sistema capitalista, un gran nudo gordiano que ¿cómo romperlo? tarea compleja profesor pero por lo menos su curso y el documento que adjunta se inscribe entre los muchos intentos que darán al traste con este sistema senil que da sus últimos coletazos.
    El comentario de Manuel Casal muy pero muy interesante, le aseguro Manuel que pocos saben que dentro de escasos años (en términos históricos casi ya) no hay espacio,recursos ni energía para vestir, alimentar, calzar, curar, educar, darle un techo, calentar, transportar, entretener, etc., a tantas personas. Menudo problema, que ninguna fuerza social con vocación transformadora, ni aquí en ni en parte alguna, que yo sepa, está teniendo en cuenta.
    Y sí, desde el punto de vista científico es tan importante plantear un problema como resolverlo, pero es tan extremadamente grave ya la situación, y el tiempo y los recursos energéticos para hacerle frente tan escasos, que plantear un problema y no esbozar junto con él algunas soluciones (aunque éstas sean utópicas y en plan ensayo error) es quedarse a mitad de camino.

  4. Diculpad mi intervención, pero solo es para recomendar.
    He leído la muy inteligente y laboriosa tarea de cálculo (no importa que algo atropellada, pero el núcleo esencial se capta) que ha realizado el compañero profesor José Alberto Cuesta. Las cifras que el aporta dicen que la mortalidad se disparará (lo veo lógico, creo que es algo irrebatible y que las FIRMAS de esta prestigiosa revista y web reconocen), también dice que sube la natalidad; no voy a criticar su razonamiento, lo que hago es recomendar al profesor José Alberto, y a los demás que muestren interés, el artículo del compañero Wim Dierckxsens “Población, Fuerza de Trabajo y Rebelión en el siglo XXI” (en formato Word esta en http://www.forumdesalternatives.org/download/dakar/Poblac-FT-Reb-XXI.doc), además de que leer a Dierckxsens no está mal, es un analista necesario en estos tiempos, su web http://mariwim.info/index.php?autman=Wim+Dierckxsens&submit=Buscar.
    ¿Qué dice Dierckxsens? Que hay una tendencia a la creciente incapacidad de reemplazo de la población mundial, y aporta datos muy sólidos. Un resumen de dicha tesis traté de resumirla en mi escrito de divulgación para crear conciencia sobre las imposibles salidas que tiene la crisis estructural en la que se encuentra el sistema-mundo capitalista actualmente que lo pueden ver en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=209310
    ¿Puede aumentar la tasa de natalidad, como parecía a partir de 2040 el profesor José Ignacio Cuesta y aún así crecer la tendencia a esa incapacidad de reemplazo que dice el compañero Dierckxsens?. Es una buena pregunta, no hago comentarios porque necesita estudiarse y valorarse con detenimiento y contrastar otros estudios.
    Lo cierto es que, por cálculos del profesor José Alberto, a partir de 2040 mueren más de los que nacen y la tendencia a reducirse la población mundial es clara, lo corrobora en su libro el compañero Lodeiro “Nosotros, los detritívoros” en su currada tabla “Población mundial y previsiones tras el petróleo” en dicho texto. Todo esto también viene muy a tono con el principio editorial que rige esta Revista 15-15-15 y los resultados científicos que a lo largo de los últimos tiempos vienen exponiendo sus excelentes colaboradores.
    Pero se me ocurren otras preguntas: ¿la población mundial se reducirá, como se desprende de los estudios de Dierckxsens y de los cálculos expuestos arriba por el profesor José Ignacio Cuesta, porque la racionalidad capitalista obstaculiza el reemplazo de la población mundial, o la población mundial se reducirá por la hambruna que traerá consigo el fin de la época de la energía fósil al servicio de la producción de alimentos como viene siendo desde hace décadas?, ¿o es que se van a dar las dos cosas simultáneamente, en cuyo caso será explosiva la situación?; y por último ¿el aumento de la tasa de mortalidad por encima de los nacimientos que calcula el profesor José Cuesta, de lo que se deduce que la población mundial debido a ello se reducirá, es de personas que van muriendo después de haber terminado su ciclo vital ya ancianos o motivado por la crisis alimentaria, de la biosfera y demás que se nos vienen encima?.
    Sería muy bueno reflexionar en estas cuestiones, porque de lo que si estamos todos claros es que la interrelación que hay de todas estos aspectos es enorme, analizar una sin ver las otras es un grave error en el que no deberíamos caer.
    Mi saludo reiterado y afectuoso al profesor José Alberto Cuesta a Manuel Casal Lodeiro y las demás opiniones que ha generado el excelente material de estudio que la ATTAC de Palencia han elaborado y puesto a disposición de todos. Dicho sea de paso, la situación es tan urgente que lo que parecía revolucionario en un momento, como la tasa Tobin y todas esas cosas de gravar al capital financiero (aludo al nombre de la Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana a la que pertenece el compañero profesor Cuesta, y no pretendo ofender a nadie con ello) parecen ya superadas por la realidad.

    • Hola Rodolfo.
      Gracias por el material aportado. Tanto tu artículo sobre el inminente final del capitalismo, como el estudio demográfico de Dierckxsens están muy bien fundamentados, aunque necesitaría más tiempo para estudiarlos detenidamente.
      Es gratificante encontrarse con otras personas, dentro de esta iniciativa de la revista 15/15/15, con las que poder intercambiar opiniones sobre asuntos tan desasosegantes.
      Por cierto, no hace falta llamarme profesor José Alberto Cuesta. Con Alberto Cuesta o Alberto me siento más cómodo.
      Gracias a todos por vuestro interés y participación, y gracias a Manuel por esta revista que nos da voz.
      Un saludo.

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