Para esas personas que toman por locas, que están unidas al barro de la vida.
Desde el borde del precipicio nos hablan los profetas del colapso. Cada uno en su lenguaje, a su modo. Pero todos nos dicen lo mismo, que está llegando el fin de la civilización que hemos conocido, que no estamos preparados para la necesaria transición.
Música: Gure hitzak – Mikel Laboa.
Material: Barro sin cocer.
Duración: Poca. Hasta que el viento y la lluvia lo deshagan.
Previamente publicado en el blog del autor: Amildegitik
Mila esker, Edorta… ta ongi etorri! 🙂
Me parece una obra muy emotiva (zuk ba dakizu!), y que 15/15\15 tendría que ofrecer más contenidos de este tipo, con una mirada artística al colapso.
Aparte de lo acertado del entorno, de la calidad de la realización del vídeo y las fotos… me llama la atención la canción de Laboa y el encaje, que parece perfecto, al menos musicalmente. ¿Nos podrías explicar, a los que no controlamos euskera, por qué has elegido precisamente esta canción, qué relación hay entre la letra y lo que querías contar con esta intervención artística?
Moitas grazas, Manu:
El sentido de este vídeo es hacer un sencillo homenaje a todas esas personas que nos hablan sobre una realidad que nadie quiere ver: la del colapso de nuestra civilización. Esas personas que como profetas claman al borde de un abismo. Personas a los que la mayoría ignora, cuando no se les tacha de locos o alarmistas. Y aunque aún son pocas las voces, ya nos hablan en diferentes lenguas y expresándose desde la ciencia, el arte, la bicicleta, el twett o el azadón.
Sin embargo, lo realmente importante no son esas voces, no es el quién, ni siquiera el cómo, lo importante es el qué. Lo que gritan desde ese precipicio al que nos dirigimos; las profecías que se cumplen día tras día. Y por no ser ellos, los profetas, lo importante, las figuras han de ser sencillas y efimeras, de ahí el barro sin cocer. No, no estan hechas para perdurar, han de desaparecer por la acción de la naturaleza, la única capaz de dictar normas.
Con la canción de Laboa quería volver a hacer hincapié en la importancia la palabra sobre los sujetos. Mikel une en este pieza retales de otras canciones y les da significado en la frase: Gure hitzak ez daitezela gal, ez daitezala ahaztu. De nuevo la profecía antes que el profeta.
Por último, un acantilado. Al borde del precipicio, donde el salto podía ser interpretado como angustía, esta el mar. Allí surgió la vida y es donde se dislumbra el horizonte de esperanza. La esperanza en esa transición que debemos poner en marcha entre todas y todos.