Publicado: 17/04/30
Autor: Emilio Santiago
Idioma: ES
Emilio Santiago recrea literariamente uno de los numerosos conflitos que viven nuestras zonas rurales en la actualidad. Los nombres utilizados son ficticios y cualquier parecido con la realidad es totalmente intencionado.
Ilustración: Antía Barba, para a «Guía para o descenso enerxético» (Véspera de Nada, 2013).
Gabinete de crisis
Año 2030. En el Ayuntamiento de una pequeña villa agraria de alguna de las repúblicas de la CONIBER. La tensión era insoportable. Ayudaba a violentar todavía más la situación el calor aplastante del mes de mayo más caluroso desde que existían registros. Ese día se habían alcanzado casi cuarenta y dos grados a la sombra. Los aparatos de aire acondicionado apagados, en coherencia con la última normativa de sostenibilidad eléctrica, parecían fósiles, recuerdos de una época que iba quedando irreversiblemente atrás.
-Seré clara: hay un prerrequisito para que nos sentemos a negociar. Que liberéis inmediatamente al consejero del Ministerio y el equipo de ingenieros de BIOSOL. No hay condiciones para un diálogo razonable mientras ellos sigan secuestrados. Hay que mantenerse siempre dentro de los cauces de la legalidad, y es mi deber garantizar que todos respetemos las reglas. Seré muy firme al respecto… dijo la alcaldesa Marian Leira en un tono grave, que quería ser de imposición.
BIOSOL es el nombre de la partición de REPSOL que no pudo ser finalmente socializada en el año 2022. Las penalizaciones fiscales al uso de combustibles fósiles, unido al estrechamiento del margen de beneficios que acompañó a la caída de la tasa de energía neta petrolera, había hecho girar a la compañía hacia el sector de los biocombustibles. En el 2030, era uno de los grupos empresariales privados que había logrado sobrevivir en el turbulento huracán político de lo que sus partidarios habían bautizado como “proceso constituyente hacia la transición ecosocialista”, y sus detractores “proceso de sovietización y barbarie”. A pesar de los avances socializantes del giro político que había transformado el antiguo Reino de España en una compleja y multiforme confederación, BIOSOL aún poseía en 2030 una fuerte influencia en muchos sectores clave de poder en la Península Ibérica, incluyendo el dominio directo de grandes extensiones de tierra que funcionaban como colonatos corporativos autónomos y que el gobierno se había visto obligado a tolerar. Su representante regional, Miguel Cembranos, sentado un lado de la pequeña mesa del despacho de la alcaldesa junto con el abogado de la compañía Matías Picazo, saltó visiblemente enfadado:
-Menuda firmeza, cuando llevan tres días retenidos y la guardia municipal no ha hecho nada más que merodear alrededor del edificio. ¡Si al menos pudiéramos recurrir a instancias policiales superiores sin tantos rodeos burocráticos! En este reino de taifas ya no se respetan ni las leyes, no hay mano dura con los delincuentes y la gentuza…
-La mano dura que te gustaría haber impuesto en el golpe del 2024 ¿verdad? Si por ti fuera estaríamos todos fusilados y en una cuneta fascista de mierda… espetó una chica joven que se encontraba en la primera fila de una multitud que abarrotaba la sala. Eran por lo menos cincuenta, de todas las edades, vestidos con ropa vieja combinada de modo pintoresco. El recurso masivo a los “montones de Kropotkin”, depósitos donde se acumulaban objetos reciclados de todo tipo para su uso gratuito en función de necesidades populares, había generado una especie de nueva estética extremadamente mestiza, un collage de todas las modas de la antigua era de la abundancia.
-Cállate puta ecologista, que venís aquí como matones en tromba, que no os sabéis ni comportar civilizadamente, ¿creéis que me vais a intimidar por venir como los gitanos?
La chica se abalanzó sobre el escritorio, agarró un libro y se lo tiró a la cara. Falló por poco mientras sus compañeros la retenían e impedían que la cosa fuera a mayores. El representante de BIOSOL quedó pálido y acongojado.
-¡Parad ya!- La alcaldesa pegó un golpe seco en la mesa mientras se levantaba. Se hizo silencio.-No voy a consentir en esta sala ni insultos ni agresiones. Vamos a mantener la calma y favorecer una conversación sosegada, por favor.
-Está bien, tranquilicémonos todos- tomó la palabra entre el grupo una mujer robusta, de unos sesenta años, de voz honda y segura, que parecía ejercer de figura de referencia-La cuestión es sencilla. No vamos a liberar al consejero y los ingenieros hasta que no se nos garantice que el proyecto de BIOSOL será paralizado y podremos proseguir con el reparto de la finca Frontera en función de las necesidades de las nuevas familias que han ido llegando a la ciudad en los últimos meses. Por un lado se legalizará la situación de las parcelas ocupadas, eso es lo primero, Por otro, el resto del latifundio será puesto bajo control de la cooperativa integral local para organizar de modo justo el reparto de parcelas, sobre todo pensando de cara al previsible aumento de la migración que tendrá lugar los próximos años. No podemos consentir que la biomasa de nuestro campo se emplee para mover los coches de los ricos de Sevilla o Madrid.
Cuando terminó su intervención, el gentío empezó a gritar “¡La tierra para la soberanía alimentaria!”, un lema que se había convertido en un icono durante las movilizaciones de los últimos años.
-Da igual lo que griten o el circo que monten– intervino Matías Picazo, el abogado de la compañía, con un tono despectivo. -Tenemos el respaldo del Ministerio de Eco-competitividad, una orden explícita en el marco del Decreto General Reconversión Industrial Verde a escala peninsular. La finca Frontera es propiedad de BIOSOL, será explotada según los intereses de la empresa y no toleraremos ninguna injerencia externa ni chantaje, de ningún tipo. Repetimos nuestras exigencias por última vez: liberación inmediata de los secuestrados; desalojo de las fincas ocupadas en menos de una semana; responsabilidad penal para los líderes instigadores. Llevamos muy adelantadas las gestiones para lograr declarar el Estado de Excepción con la consiguiente suspensión de la autonomía municipal y la soberanía republicana, lo que abre la vía para una intervención militar confederal. Cuanto más tensen la cuerda, será peor para ustedes.
Un chico joven con gafas se adelantó entre el gentío y dijo con un tono de voz tembloroso que delataba nerviosismo :
-El primer artículo de la constitución confederal ibérica proclama la cobertura de necesidades humanas básicas como el derecho fundamental al que se supedita el resto del ordenamiento jurídico. Y aunque no lo hiciera, nos daría igual, tenemos la legitimidad de lo que es justo. Y lo justo es dar la tierra a las nuevas familias. Lo justo es profundizar el impulso agroecológico popular. Además, ¡todos sabemos que el Ministerio de Eco-competividad es el nido donde os habéis atrincherados todos los capitalistas para hacer naufragar la transición!.
El joven cambió de interlocutor y se dirigió a la alcaldesa:
-Marian, nuestro voto no fue un cheque en blanco para mamoneos con el capital- la sala estalló en aplausos y el chico se fue creyendo su papel de agitador- ¡Si no sirves al pueblo, el pueblo te echa del puesto! La alcaldesa emocionalmente afectada no supo reaccionar, dando muestras visibles de fragilidad.
-Si es que está con ellos. El Ayuntamiento es de ellos, por Dios. Aquí está todo el pescado vendido- refunfuño amargamente Miguel Cembranos.
-Mantén la calma, Miguel-le aconsejo su abogado.
La alcaldesa le replicó:
-Señor Miguel Cembranos, le ruego que no ponga en duda mi profesionalidad y mi compromiso institucional. Como autoridad confederal me ceñiré a preservar el bien público y hacer cumplir la ley con independencia a mis simpatías ideológicas, que como militante y cargo electro del Bloque para la Transformación Social son bien conocidas.
-¡Si es que no sólo es del Bloque esta tipa, sino del ala fundamentalista ecologista, de la secta esa que nos quieren hundir a todos en la puta Edad Media!, Ostia Matías… Si fuera por ellos ya nos hubieran invadido los moros del Califato, ¡son un puto peligro, seguro que hasta les financian de Rabat!
-Por favor, Miguel, vamos a rebajar el tono, es importante no perder los papeles, cállate ya y déjame hablar a mí.
En medio del creciente barullo el Teniente Alcalde Ramón Armesilla tomó la palabra:
-Vamos a ver compañeros, tenemos que ser realistas. El señor Matías Picazo tiene razón. La ley está de parte de BIOSOL. Además debemos dejar a un lado los dogmatismos, los radicalismos y las posiciones románticas. La iniciativa privada como BIOSOL tiene un importante papel que jugar en la transición ecosocialista porque…
-¡Sabemos que te han prometido un coche y tarifa plana de combustible, traidor! ¡Tenemos las pruebas y en la próxima asamblea de rendición de cuentas te vamos a revocar! Le interrumpió un anciano de barba frondosa y aspecto rudo…
-Tranquilo Andrés, no te alteres-volvió a tomar la palabra la mujer madura que actuaba de portavoz de la muchedumbre. Señor Armesilla, tenemos que decirle que no le consideramos un interlocutor legítimo dado el proceso de cuestionamiento que la asamblea ha abierto en su contra por sospechas de corrupción…
-Pero ¿que tenéis contra los que nos hemos ganado un coche con nuestro puto trabajo? ¡Fracasados comemierdas! ¡Seguro que entre toda esta chusma están los terroristas que va por las noches ahí quemando coches!-chilló Miguel Cembranos, cada vez más agitado.
¡Terrorista tú, cabrón capitalista, ecocida!-gritaron desde la muchedumbre.
-¡Silencio!-Haciendo acopio de la poca autoridad que la situación le permitía, la alcaldesa Marian Blanco logro imponerse- Esta situación está en un punto muerto que hay que desbloquear. Llevamos varias horas sin lograr avanzar un ápice. Vuestra tozudez e irresponsabilidad política compañeros me va a obligar a hacer algo que no quiero, así que voy a dejarme de medias tintas, ¡liberad a los rehenes de una puñetera vez o daré ordenes de intervención a la guardia republicana!
En ese momento un funcionario municipal visiblemente afectado entró en la sala y avanzó a trompicones hasta situarse hasta frente a la mesa:
-Señora Alcaldesa, traigo una información de última hora: hay mucha gente en la calle. Han cortado la autopista, las carreteras y la vía de tren. Estamos literalmente bloqueados. La situación puede descontrolarse en cualquier momento.
-No podéis hacerme esto Montse…-dijo la Alcaldesa desbordada, dirigiéndose a la mujer madura que hacía el papel de líder informal.
-Marian, la gente está muy enfadada, no se puede tolerar el desalojo de las familias, y ya sabes cómo funciona esto, ni siquiera es algo que nosotros podamos realmente controlar. Además las últimas investigaciones sobre las implicaciones de BIOSOL en la trama golpista, las previsiones de agudización de la sequía en el sur del país,… Por todas estas cosas el pueblo es una olla a punto de estallar.
-Joder me cago en Dios, que más dan las reuniones y las leyes, ¡si es que esto es la anarquía! ¡Son unos anarquistas, eso es lo que son esta chusma Matías, anarquistas, de los de la bomba y la barricada!-grito Miguel Cembranos, ya casi fuera de sí.
-¡Fuera todo el mundo del despacho, a excepción de los representantes de BIOSOL, del teniente alcalde Armesilla y de dos delegados de la asamblea, que serán Montse y Francisco! ¡Vamos!-ordenó la alcaldesa con un grito en el que puso lo que le quedaba de sus fuerzas. Tras un rato de barullo y algún que otro insulto, la alcaldesa logró quedarse a solas con un gabinete de crisis mucho más reducido.
-Bien, seré tajante -la alcaldesa clavó su mirada en los delegados populares intentando convencerlos de que no pusieran impedimentos a una oferta que era una cesión sin precedentes y por la que ella iba a jugarse mucho-Lo que desde luego no voy a consentir es una insurrección popular como la de La Rueda de hace tres semanas. Creo, lo confirmamos ahora, que el decreto de preparación de la reforma agraria contempla una cláusula de excepcionalidad que da poderes a los gobiernos locales para, en situaciones de emergencia objetiva, poner en usufructo municipal, y con carácter temporal, propiedades privadas. Estas intervenciones municipales deben ser revalidadas en referéndum popular y su estatus será provisional, hasta que se termine de tramitar la ley de Reforma Agraria y se hagan las auditorias correspondientes. Pondré en marcha el equipo jurídico para acogernos a esa cláusula. Mañana nos reunimos para dictar la ordenanza de expropiación cautelar de la finca La Frontera y, en un plazo máximo de dos semanas, para que se produzcan los debates públicos correspondientes, tendréis el referéndum. Si gana el sí y mientras la finca esté cautelarmente expropiada, las familias podrán quedarse. Pero el resto de la finca no pasará a control de la cooperativa hasta que así lo estimen las futuras auditorias de la ley de Reforma Agraria. A cambio vosotros soltáis inmediatamente, insisto, inmediatamente, a los rehenes y movéis todos los hilos posibles para calmar los ánimos de la gente, ¿entendido?
-¡No, no!-el Teniente Alcalde entró en barrena, preso de un ataque de ansiedad-¡No podemos hacer eso Marian! ¡No podemos, estás loca! ¡Esa cláusula está pensada para emergencias climáticas o desastres naturales! ¡Además BIOSOL tiene accionariado chino, sabes que el gobierno necesita el acuerdo tecnológico con los chinos para las patentes de biología sintética…
-Cállate Ramón, ¿te crees que no sé de tus tejemanejes? Ojalá te desautorice la asamblea semestral maldito crápula. ¡Si por mí fuera no volverías a ocupar un cargo de responsabilidad pública en tu puta vida!
Ramón Armesilla, incapaz de plantar cara a ese desprecio público, abandonó la sala dando un portazo.
-Sabes de sobra Marian que no podemos acordar nada hasta que lo apruebe la asamblea, nosotros somos delegados sin competencias decisorias-dijo Montse.
-Bueno, ¡pues asamblea general extraordinaria a media la tarde con un único punto en el orden del día que es aceptar o no el acuerdo! ¡Los rehenes tienen que estar libres esta noche sí o sí!
-Esto es insultante, ¡in-sul-tan-te! ¡Este país es ingobernable! Vámonos Matías, no sé porque coño seguimos bregando con estos bolcheviques anarquistas y salvajes. En unos años seremos como Bolivia o peor. Putos rojos, se van a o morir de hambre... ¡ A ver si gana por fin un gobierno con cojones en Alemania para apretarle las tuercas por la deuda de una puta vez!, ¡Aunque nos invadan!-mientras su jefe Miguel Cembranos abandonaba la sala insultando a todos los presentes, Matías Picazo desafío a la alcaldesa:
-Señorita Marian Leira, ha ido usted demasiado lejos y se ha excedido mucho, muchísimo, en sus competencias al usar un vericueto legal de tan poca consistencia para ceder a la coacción del terrorismo vecinal. Usted representa la parte más vergonzosa y oscurantista de su partido. Esto no va a quedar así, y no le quepa duda que su incapacidad en la gestión de esta crisis hará mella en su carrera política, que puede dar ya por terminada.
Marian miró al abogado levantarse y marchar tras su jefe y no dijo nada. Cuando salieron también los delegados vecinales, llamó al comisario de la guardia de seguridad municipal.
-Asegúrate Camacho de que los dos tipos de BIOSOL no salgan linchados, refuerza la seguridad en la villa de la empresa y vigila por favor a los grupúsculos involucionistas, hoy van a tener muchos motivos para estar enfadados.
Horas más tarde caía el sol y Marian tomaba un poco el fresco en su pequeña terraza mientras líaba un cigarrillo. “Cooperativas tabaqueiras do vale do Guadiana, República Portuguesa, CONFIBER”, ponía en una sencilla pegatina colocada sobre una bolsa de papel de estraza. -Los ambientalistas no deberíamos fumar, deberíamos predicar con el ejemplo (“La tierra para la soberanía alimentaria”), pero hoy ha sido un día horrible-, pensaba mientras encendía el cigarrillo y se dejaba recostar en una mecedora de madera.
Su novia Emma abrió la cortina y se asomó a la terraza.
-¿Cómo ves el asunto?
-Muy jodido- dijo con una voz rota por la afonía-Pero por lo menos la asamblea ratificó el acuerdo, lo cual es la ostia porque con la asamblea nunca se sabe. Lo importante es que los rehenes han sido liberados y tendremos unas semanas de paz. Con suerte, hasta expropiamos la finca a esos hijos de puta de BIOSOL y la ponemos a disposición de la cooperativa.
-Hay un revuelo increíble, ha salido en la prensa internacional…
-Las consecuencias mañana, Emma, hoy solo quiero descansar…, le pidió casi suplicando mientras acariciaba su mano, esa pequeña superficie abultada cuyo tacto era suficiente para que pareciera que no había nada más en el mundo.
Pasaron un rato agarradas y calladas, como lavando con el silencio su mente sucia de ruido y estrés.
-De todas formas Marian, con todo lo de estos días, no sé… tanta asamblea, tanta democracia, tantos hechos consumado, tanta locura… nos vuelve débiles, ineficaces…este el punto más vulnerable del proceso Marian, los oligarcas tienen razón y me jode, pero este país de países es un caos, es ingobernable…
-Es al revés, Emma. Y hoy lo he visto clarísimo. Menos mal que no ganasteis los leninistas en 2017, cuando empezó la ruptura del régimen.
-No somos leninistas, Marian.
-Como quieras, me dan igual las etiquetas. Pero menos mal que no se impuso la línea pragmática, la idea de instrumentalizar los movimientos sociales al control de la coalición política. Porque fue la gente la que determinó el fracaso del golpe. Ha sido la gente la que nos ha permitido hacer tantos cambios radicales presionando como presionan y, sobre todo, adelantándose a los gobiernos de mil maneras y tomando la iniciativa por su cuenta. Y esa explosión casi religiosa de fervor, esa mística de sostenibilidad, un poco inconsistente sí, pero se desviven por ella … eso no lo podemos provocar con ninguna ley, mi amor, eso ha sido posible, como decía el poema aquel, “dejando que la gente cocine su vida en su propia salsa…”-dijo Marian de modo lúcido, entonando el verso final acoplándolo al tono de una conocida melodía de un anuncio televisivo local de ahorro de agua.
-Sigo sin verlo, cariño, somos un avispero de inestabilidad, la OTAN y el Califato nos están haciendo una pinza, Rusia nos desprecia, y la única opción geopolítica que nos queda a los europeos del sur es una alianza muy frágil con América Latina, que es otro embrollo de mucho cuidado.
-Bueno firmemos un empate, las dos llevamos razón.
-¿La tesis de la simbiosis complementaria-conflictiva entre regulación política y emancipación social? ¿Ese intento idealista de reconciliar anarquismo y marxismo? En eso estamos por desgracia, pero sigo pensando que es una trampa…
-Que estupendas os ponéis las vanguardistas revolucionarias cuando os da por hablar tan bien, cállate tonta que te voy a morder esa boca carnosa de sandía que tienes.
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